Rafael Abraham es el director de Aspro Ocio en Baleares. | Jaime Mora

TW
1

Aspro Ocio ha vivido este año una de sus mejores temporadas. Sin llegar a batir récords de visitantes, el comportamiento de los dos parques acuáticos-Aqualand en s’Arenal Park y Western Park en Magalluf- y del delfinario Marineland-ubicado en la Costa den Blanes-han permitido    la compañía recuperar su buen estado de forma, maltrecho tras el paso de la pandemia de coronavirus. Su director en Balears, Rafel Abraham, se muestra satisfecho de los resultados y mira al futuro más cercano con optimismo, mientras redobla su apuesta por la desestacionalización.

¿Qué calificativo pondría al 2022 desde Aspro Ocio Baleares?
—Ha sido una temporada de récord, tanto en Marineland como en los parques acuáticos. Hemos vivido la tormenta perfecta: un verano sostenido en el tiempo, con olas de calor, y con la gente ansiosa por disfrutar después de muchas resctricciones en la época COVID. Ha ocurrido aquí, pero también en el resto de Europa. Y no se trata solo de las personas, muchas, que nos han visitado, sino que además quienes han venido han realizado un consumo mayor de lo habitual. Había ganas de vivir después de tanta restricción.

¿Se suman al cambio de cantidad por calidad?
—Es indudable que un recinto espaciado, sin grandes aglomeraciones, permite al visitante encontrarse más cómodo y de esta forma le invita a consumir dentro del propio parque. Sí, se trata de replicar la calidad por cantidad del hotelero que tan buen resultado está dando, sin ir más lejos, en casi toda la planta hotelera de Calvià.

¿La carencia de personal en el sector hotelero y en la restauración ha afectado también a los centros acuáticos?
—Sí, nos ha costado mucho encontrar trabajadores. En temporada alta damos empleo a cerca de 400 personas, y hemos cubierto las necesidades gracias a la implicación de nuestro personal fijo y fijo-discontinuo, pero la plantilla al hemos completado con empleados que este año han sido más jóvenes que nunca, muchos de ellos universitarios. Eso sí, a decir verdad nos han sorprendido porque, en general, han dado un buen servicio y un gran rendimiento, especialmente en Marineland.

Desde hace ya algunos años, Aspro Ocio ha realizado una apuesta por ampliar los días de apertura, esponjando la temporada. ¿Ha dado buen resultado?
—Sí, de hecho en Marineland ya abrimos cada fin de semana durante el invierno, y a partir de la pandemia estamos operativos durante toda la Navidad. Nuestra idea es que en el mes de marzo de 2023 Marineland esté ya abiertos casi a pleno rendimiento.

¿Y los parques acuáticos?
—Lógicamente resulta más complicado, pero este próximo año vamos a abrir por primera vez en Semana Santa. La fecha de apertura está prevista para el 5 de abril, porque el turista británico lo agradece, y entendemos que puede repercutir para bien en el conjunto de la oferta asociada de la isla, al margen del empleo que vamos a generar ya en esas fechas.   

En invierno, en todo caso, basaran oferta en la buena respuesta del público residente...
—Sin duda. En la pandemia ya fue así, y por eso desde entonces abrimos los fines de semana de invierno. Fueron muchos años sin intentarlo, y una vez vista la experiencia resulta más que positivo, también para el parque porque los animales lo agradecen. Es bueno que entre todos procuremos estirar la temporada turística, y a nivel laboral salimos ganando porque dando trabajo más meses al personal se consigue una mayor implicación.

¿Respecto a la comercialización, han notado un incremento de la venta on line?
—Desde la pandemia el porcentaje de venta directa a través de internet ha crecido mucho, llegándose incluso a triplicar. Fue uno de los efectos positivos de la pandemia, porque además la gente se está acostumbrando a ese tipo de compra, e incluso lo practican los turistas desde sus domicilios antes de coger el avión.

Eso repercutirá directamente en la cuenta de resultados
—Obvio. Y nos sirve para incidir en esa línea de facturar lo mismo con menos visitantes.

¿Cómo ve el 2023 que se avecina?
—Como últimamente: con incertidumbres. Pero frente a los malos presagios, yo soy moderadamente optimista, y pienso que si podemos vivir una temporada normal, aunque no alcance a los niveles de este año. Por supuesto que la inflación nos preocupa , pero a pesar de ello confío en vivir un buen 2023.