Las piedras de la memoria, tendrán que ser reemplazadas.

TW
4

La identificación de los restos de Aurora Picornell, junto a los de otras cuatro mujeres (posiblemente las Rojas del Molinar), en la fosa de Son Coletes en Manacor rescribe la historia de la memoria democrática en Baleares. Hasta ahora los expertos siempre habían apuntado a que todas ellas fueron asesinadas en la cruz de Porreres y arrojadas a las fosas del cementerio de este municipio.

Se trata de hechos clandestinos. Sobre el papel Aurora y sus compañeras, fueron capturadas tras el golpe de Estado y llevadas a la prisión de Can Salas donde según la documentación oficial de la época fueron «liberadas» la noche de Reyes de 1937. Nunca volvieron a sus casas. La de Porreres es lo que se conoce como una fosa negada, un tipo de violencia considerado como un crimen de lesa humanidad. No solo se asesina a las víctimas sino que se niega su muerte y con ello el derecho de las familias a saber qué ocurrió pero también se causa un daño económico y civil. Las viudas y viudos no tenían esta condición y tampoco sus hijos eran huérfanos.

Noticias relacionadas

La apertura de la fosa de Porreres en el año 2015 sacó a la luz lo que hasta entonces era un secreto a voces. Centenares de presos 'liberados' sobre el papel en las prisiones de Mallorca fueron arrastrados hasta la cruz de Porreres donde se les mató a tiros. Los historiadores han realizado un laborioso trabajo de documentación que permitió ir cotejando el número de cuerpos hallado en cada fosa con las listas de 'liberados' de las prisiones. Esto permitió trazar una especie de calendario sobre el terreno que se iba confirmando a medida que se producían las primeras identificaciones. Pero algo no cuadraba en Porreres. Allí fue identificado el hermano de Aurora Picornell, pero no se encontró ningún resto de mujer.

La identificación de Aurora supone un importante giro de guion y apunta a que los presos de Can Salas pudieron acaban en Manacor. «Era difícil pero todo apuntaba a que las Rojas del Molinar estaban en Porreres y sin embargo se han encontrado en Son Coletes. Esto es la evidencia material, los datos en bruto, y ahora entre todos tenemos que interpretarlos y cuando digo entre todos estoy pensando especialmente en David Ginard, Antoni Tugores y Tomeu Garí, gente que ha llevado a cabo estas investigaciones. Entre todos tenemos que reescribir esta última página de su historia», ha explicado emocionada este jueves la antropóloga de la sociedad Aranzadi Almudena García Rubio, coordinadora de las excavaciones en Son Coletes.

Se abre además una nueva vía de esperanza para las familias que aún no han encontrado a sus desaparecidos. Y es que los trabajos en Son Coletes aún no han terminado. El próximo plan de foses, ahora en licitación, prevé continuar con los trabajos de búsqueda y exhumación en el cementerio de Manacor. «Esto nos obliga a reescribir la historia. Siempre pensamos que las rojas del Molinar estaban en Porreres, incluso en las piedras de la memoria que colocamos en el Molinar está escrito que fueron asesinadas en Porreres, pero al final las pruebas físicas cuando se hace una investigación esclarecen las dudas y esta hipótesis de que murieron asesinadas en la cruz de Porreres se ha de descartar y tenemos claro que murieron asesinadas en Son Coletes junto con otras muchas personas que pasaron por aquél campo de exterminio que fue el cementerio de Manacor durante los años 1936 y 1937», ha explicado el secretario autonómico de Memoria Democràtica, Jesús Jurado.