Miles de personas disfrutaron de un evento, con 476 años de historia, que impulsa el tejido comercial e industrial. | Assumpta Bassa

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Llucmajor quiso vivir este domingo su Darrera Fira con tradición y ‘fermança’. Tras 476 años de historia  quedó sobradamente demostrado que sigue siendo la feria por antonomasia, conservando sus raíces y sembrando la semilla para el futuro. Se trata de un evento social, comercial, cultural, empresarial y, por encima de todo, es una cita con el entretenimiento, con la desconexión y que ayer estuvo acompañado por un caluroso día.

El protocolo se cumplió a la perfección con la recepción frente al Ajuntament, a las 10,30 horas, de las autoridades (que eran muchas y de todos los partidos políticos). Posteriormente empezó el concurrido desfile oficial que estuvo encabezado por los Gegants Pagesos, en Miquel y Na Càndida acompañados de los Xeremiers de Sa Marina y la banda de música de Llucmajor. Tal y como manda la tradición se cortó la cinta inaugural que daba el pistoletazo de salida a una nueva edición con más ganas que nunca. No faltó el    recorrido por los diferentes espacios donde ayer había actividad y que mostraron a una ciudad viva.

Este año una de las palabras que se ha utilizado para difundir los diferentes eventos y que identifica al municipio es ‘fermança’, que significa todo aquello que se puede encontrar, comprar o regalar en el marco de las diferentes ferias. Y realmente ayer las oportunidades era muchas.

La ‘Mostra Llucmajorera’, en la calle Francesc Aulet, que cumplía su XLII edición reunió a un amplio número de empresarios que mostraron y promocionaron el producto local: vinos, miel, frutas, muebles...todo un escaparate comercial que fue muy visitado.

Agricultura

La feria tuvo una amplia extensión y se repartió en diferentes espacios del municipio. En las calles Grup Escolar, Bartomeu Sastre Garau y plaza Rufino Carpena hubo una muestra y concurso morfológico de ovejas de raza mallorquina y otras exposiciones ganaderas: cabra mallorquina, razas autóctonas de ves y conejos, cans de bou, cans llebrers... La gastronomía local hizo las delicias de visitantes y turista así como la muestra de motos y coches antiguos o la de la Vespa Club Mallorca.