Daniel Gallego en una de las ‘marjades’ del Jardí Botànic de Sóller. | M.B.

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Daniel Gallego Morales (Valencia, 1988) es Licenciado en Ciencias Ambientales y en Bellas Artes y máster en Gestión Cultural y Patrimonio. Desde hace aproximadamente medio año, está al frente de la Fundació Jardí Botànic de Sóller-Museu Balear de Ciències Naturals, en calidad de gerente. Las dos entidades que dan nombre a la fundación y que comparten espacio físico en el Camp d’en Prohom de Sóller han funcionado por separado durante varias décadas. Su reunificación, que se hizo efectiva a principios de 2021, ha supuesto una mayor implicación de las administraciones públicas y de otros componentes del Patronato, con el objetivo de asegurar el futuro de este espacio cultural dedicado a la naturaleza que reúne un conjunto de características que lo hacen único en las Illes Balears.

¿Qué ha supuesto para usted asumir este cargo?
— Ante todo un gran reto que asumo con mucha ilusión. Dirigir el día a día de una entidad cultural nunca es fácil, especialmente porque la financiación es un aspecto clave que hay que abordar continuamente. Por desgracia, la Cultura casi siempre es deficitaria y por esto se necesita el máximo apoyo de la administración y también del conjunto de la sociedad. Sin estas ayudas sería imposible el mantenimiento de un espacio como este.

¿Qué experiencia tiene en la gestión de entidades similares?
— He estado un tiempo como director-gerente de la Fundación Coll Bardolet, en Valldemossa, y también he trabajado en el Museo Modernista Can Prunera, perteneciente a la Fundación Tren de l’Art. Mi formación académica es muy transversal, incluyendo estudios científicos, humanísticos y de gestión cultural. Además, realicé mis prácticas de carrera en el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile y allí me interesé mucho por los aspectos relacionados con la gestión que me llevaron a una especialización en este campo. También estuve trabajando en un proyecto cultural en el Ajuntament de Calvià y actualmente, al margen de la Fundació Jardí Botànic, dirijo el proyecto Open House Palma.

El Museu de Ciències y el Jardí Botànic son entidades científico-naturalistas. ¿Cree que las ciencias y las bellas artes pueden complementarse en un mismo espacio cultural como es su caso?
— Sí, así es. La finalidad del Museu y del Jardí es la conservación de especies y la divulgación y conservación de colecciones de ciencias naturales, aparte de la investigación en estos campos. Pero, por ejemplo, las Bellas Artes siempre han estado muy vinculadas a las Ciencias Naturales, por ejemplo, a través de la ilustración naturalista. En mis estudios lo pude comprobar, ya que por ejemplo el arte tiene una parte científico-técnica importante, como el estudio de los pigmentos o de los materiales.

¿Cuál es el principal reto que ahora mismo tiene al frente de esta Fundación?
— Ahora mismo tenemos que terminar de definir la fusión del museo y del jardín en una única entidad, porque durante años han trabajado por separado, estando en el mismo espacio físico y compartiendo los mismos visitantes, una separación que no tenía sentido. Museu y Jardí son dos secciones de la Fundación, cada una con sus particularidades y un funcionamiento distinto. En estos momentos el Museu necesita una renovación y mejor dotación de medios. Pero en cuanto a su gestión económica, se trata de una sola unidad y hay que estabilizar su funcionamiento, acabando de encajar todos los aspectos de la fusión, con la mejora de la financiación como uno de los principales objetivos, aunque también impulsando proyectos conjuntos entre las dos secciones para hacer más atractiva la visita.

¿Tienen ahora mismo en marcha algún proyecto de este tipo?
— Bueno, aparte de los proyectos científicos de cada sección a cargo de los respectivos conservadores, y los habituales proyectos de educación, por ejemplo, ahora estamos interconectando los contenidos, creando un itinerario de tipos de rocas a través del jardín botánico. También desde el museo se están identificando los fósiles que se pueden ver en las rocas y piedras que se utilizaron en su momento para construir los marges y caminos del jardín. En general, debido a la separación del museo y del jardín durante décadas, nos esforzamos ahora en la creación de proyectos conjuntos, con ideas que hasta ahora nunca se habían explorado y que enriquecerán la visita del conjunto.

¿Tienen relación con la Universidad?
— La Universitat de les Illes Balears es uno de los miembros del Patronato, pero la colaboración se está ahora intentando incrementar más allá de esta participación. Pienso que la UIB puede participar más de la vida diaria del Museu y del Jardí Botànic.