Gonzalvo metida ya en plena faena en el despacho de alcaldía. | Jaime Mora

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Estefanía Gonzalvo (Palma, 1981) se convirtió el martes en la alcaldesa de Andratx para los 11 meses que restan de legislatura. Militante del PP durante media vida, hace algo más de un año estuvo cerca de abandonar el partido por desavenencias con la dirección regional, por entonces en manos de Biel Company. El nombramiento hace un año de Marga Prohens como presidenta del partido sirvió a Gonzalvo para reengancharse a la política, y ahora su ascenso a la alcaldía quiere representar para el PP regional un signo del cambio que, dicen, viene en 2023.   

¿Con su investidura empieza la época del cambio?
— En eso confiamos. Hemos creado un proyecto libre y valiente y esperamos que sea solo el primer paso para dar a Balears el cambio que necesita, con políticas hechas a pie de calle, junto a los ciudadanos.

¿Es suficiente motivo el carácter de una persona para una moción de censura?
— Desde el PP siempre hemos defendido que la personalidad de Toni Mir era solo una de las causas para plantear esta moción de censura, un talante poco conciliador y con escasa o nula iniciativa. Pero también se justifica por una gestión inexistente.

En el PSOE recuerdan, sin embargo, que las NNSS están cerca de ser aprobadas, la rotonda de Camp de Mar es una realidad, se ha presentado la ampliación del colegio de s’Arracó, los convenios laborales por fin se renovarán, etc.
— Lo que no está bien es adueñarse del trabajo que hemos realizado tantos partidos, durante muchos años, para hacer realidad algunos de esos proyectos. Y en todo caso, tampoco es muy elegante intentar colgarse medallas por temas que no dependen de la gestión municipal, sino de otras instituciones.   

¿Y el nuevo equipo de gobierno qué podrá hacer con apenas diez meses de legislatura por delante?
— El mayor reto consiste en aportar estabilidad y demostrar que otra forma de gobernar sí es posible. Debemos reconducir la situación en la Policía Local y en asuntos urbanísticos y dar la vuelta a lo que nos hemos encontrado...   

¿A qué se refiere?
— Hemos sabido que existen notas de objeción por valor de 600.000 euros, trabajos que se realizaron por parte de proveedores sin contrato y a los que no se ha dado salida. Tenemos facturas sin firmar desde marzo. Tendremos que firmar un decreto para aprobar ese gasto. Son muchos los proveedores afectados.   

El último pacto entre PP–PI no fue un camino de rosas. ¿Cree que la presencia de su excompañero de partido, Llorenç Suau, al frente de los regionalistas permitirá unos meses sin sobresaltos?
— La afinidad de caracteres siempre ayuda, pero yo no tuve tiranteces con nadie. Somos tres partidos, pero un solo gobierno. Venimos a remar unidos.   

El alcalde saliente, Toni Mir, entiende su censura como una acción con fines electoralistas. ¿Cree usted que le aporta ventaja el llegar a los comicios al frente del Ajuntament?
— La moción de censura ha sido solo un acto de responsabilidad. Si merecemos seguir lo dirán los andritxoles, quienes ya nos hicieron ser la fuerza más votada las últimas elecciones municipales.