Rafel Sastre lleva el rap y la cultura hip hop en sus venas.

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Fue en la Escolania de Lluc donde Rafel Sastre Mas 'Swing' (Maria de la Salut, 1988) aprendió a perfilar sus conocimientos musicales. Solfeo, canto coral o piano aunque parezca mentira le reafirmaron en aprender más sobre un genero musical que le estiraba, el rap. Así, poco a poco, y no sin sentirse un extraño, Rafel Sastre empezó a familiarizarse con la cultura hip hop. Después llegarían las composiciones y lo que ha llamado el rap rural, un subgénero nacido en la Part Forana y que aún hoy se va consolidando.

¿Cómo llega un niño de pueblo hasta el rap?
— En casa, mis padres escuchaban mucha música negra y con ese sustrato y, tal vez, sin saber que era aquello ya me estaba interesando. Después un compañero del pueblo me enseñó que existía rap en español y a partir de allí ya fui tirando del hilo, investigar, buscando en internet, que no era fácil como ahora, y así creo que poco a poco de manera indirecta descubres aquello.

Si no hubiera estudiado en la Escolania de Lluc como ‘blauet’, ¿habría llegado al rap?
— De no haber estudiado en Lluc, tal vez solo rapearía. Pero desde siempre he tenido una conexión muy fuerte con la música. Saber tocar el piano, tener el oído educado... Todo esto Lluc me lo potenció mucho. Pero también en aquella época era muy difícil llegar hasta el rap. En el pueblo me sentía solo e incluso en el instituto. Si de pequeño alguien me hubiera hecho un taller de rap, yo ahora habría alucinado.

¿Salen contentos los niños de sus talleres?
— Creo que sí. Pero creo que yo salgo más contento. Es brutal su reacción. Al inicio, son niños y tienen sus reticencias y miedos pero, al final, especialmente en los talleres de larga duración se ve la capacidad de aprendizaje de los niños. Yo intento sembrar la semilla de la cultura hip hop. En algunos centros, los profesores vienen reacios al taller pero al ver la parte de valores que aporta esta cultura terminan dándome la enhorabuena y para mí que un profesor de Secundaria a punto de jubilarse me de la enhorabuena es una satisfacción indescriptible. Y es en esos talleres con el boca-oreja de los mismos docentes cuando me sale la posibilidad de ofrecer más talleres.

¿Los adultos también se apuntan a sus talleres?
— Durante el confinamiento hicimos un taller con los Glosadors de Mallorca y fue genial. Al final se trata de un método de expresión. Yo hago rap por necesidad, me sale de dentro, hay gente que va al gimnasio y yo hago rap. En uno de los talleres recientes en Manacor se apuntó un mujer de 70 años que sentía pasión por el rap y el trap y quería aprender. Está es la idea, la actitud.

Ahora que habla de esta mujer, ¿cómo explicaría que es el rap a un grupo de personas mayores?
— Les diaria que el rap, tal vez, es el glosat de hoy en día. El rap ahora tendrá unos 50 años y la glosa, el canto improvisado esta extendido por todo el mundo. Cada época tiene sus juglares. Antes se escribía con pluma, después con maquinas de escribir y ahora con tablets. El rap salió de un barrio pobre y ha evolucionado.

Ha participado de promociones de productos de la Isla del Consell e incluso de la recuperación de palabras mallorquinas en desuso...
— Sí, a raíz de una idea de la Escola de Mallorquí de Manacor hicimos un vídeo con las palabras del calendario que editan. Allí los niños vieron todo el proceso, desde la composición de las letras hasta la grabación del vídeo. Las palabras son la riqueza. Que cada pueblo tenga una palabra distinta para una misma cosa es brutal. No debemos perder la manera de expresarnos de cada pueblo.

Usted empezó a rapear en catalán junto a Valtònyc. Tras ver lo que le ha ocurrido a él y a Pablo Hasél, ¿cree que existe la libertad de expresión?
— La libertad de expresión es un unicornio. No existe. Los juicios que ha vivido España en estos últimos años se produjeron en los años 80 en Estados Unidos. Entonces, allí, ganaron los raperos. En España es impensable hacer lo mismo. También es verdad que hay maneras de expresarse. Aquí hemos visto que no es recomendable decir nombres y apellidos pero puedes utilizar metáforas. Creo que la ignorancia ha hecho todo esto. Es un absurdo encerrar a alguien en la prisión por una canción. Queremos ser humanos del siglo XXI y nos compartamos y pensamos como si estuviéramos en la edad media.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?
— Este próximo fin de semana saldrá una canción, Mel d’abella, donde habló de mi experiencia en el mundo del rap y la calidad de las canciones no van a la par de la de los vídeos. El 4 de agosto estaré en el HortellaFest.

‘Swing’ es un antiguo ‘blauet’ que ha sacado su pasión por la música a través del rap. Sus temas, en catalán, forman parte de lo que llama rap rural