La feria dedicaba toda una calle a la exposición de gran maquinaria. | Elena Ballestero

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Sa Fira de Sineu, muestra del mundo rural por excelencia, cierra un fin de semana de récord de público y expositores después de dos años de suspensión debido a la situación sanitaria derivada de la pandemia.

El esfuerzo municipal por recuperar la exposición y concurso de animales (pese a las dificultades que provocan las epidemias de la lengua azul o la gripe aviar) y las exposiciones de maquinaria agrícola (pese a la crisis de suministros y al veto de los concesionarios a las ferias) colocan la feria local en la cúspide de las ferias tradicionales.

Si el último Dijous Bo estuvo marcado por la ausencia de gran maquinaria este pasado domingo una calle repleta de tractores y cosechadoras daba la bienvenida a los visitantes.

Plantón

Cabe recordar que los concesionarios acordaron el pasado otoño no acudir a las ferias populares por los costes del traslado de la maquinaria pesada y la caída de ventas.

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«Nos lo hemos trabajado mucho, llamé uno a uno a todos los concesionarios para darles las mayores facilidades posibles y al final hemos conseguido que vengan ocho casas comerciales y que todos los payeses del pueblo nos traigan también sus máquinas», explicaba orgulloso el alcalde Tomeu Mulet.

Que la gente tiene ganas de firar tras el fin de las restricciones sanitarias es ya más que evidente. Las mascarillas apenas se contaron en un mar de visitantes. Los ganaderos que habitualmente acuden a Son Carrió este domingo eligieron Sineu, respondiendo al reclamo de los distintos concursos. Se concentraban en Sineu más de 120 corrales de ganado ovino y porcino. También había caballos y concurso de perros de diferentes razas.