A diferencia de otras ediciones, esta vez la fiesta no se ha podido celebrar de la tradicional manera multitudinaria, con tenderetes de las diferentes cellers participantes instalados en la vía pública y donde los winelovers probaban los vinos en plena calle. La situación sanitaria obliga. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga y ésta ha servido para abrir las pequeñas bodegas al gran público y en ellas, de una forma más reducida, disfrutar de la novedades vinícolas.
Así, los asistentes a la ‘Festa del Vi Novell’ pudieron andar la ruta por las bodegas participantes, desde el 7013 Petit Celler hasta Jaume de Puntiró, pasando por las bodegas de Sebastià Pastor y Ramanyà. Como cada año, el gran productor Macià Batle también ofreció su apoyo en a la fiesta que organizan los más pequeños ofreciendo las amplias instalaciones de sus bodegas para representar funciones de microteatro. Tras la simbólica apertura de las barricas de vino joven y su debida cata, llegada la hora de reponer fuerzas, Bodegas Àngel organizó un almuerzo–degustación en sus cavas, mientras que 7103 Petit Celler hizo lo propio en su bodega con una comida a base de variats y vi novell blanco y tinto.
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