Entusiasmo. Montse y Joan, junto a sus hijos Carlos y Núria (foto izquierda) asistieron ayer a la primera visita guiada. Lo mismo hicieron María Arresa y Miguel Ángel Parrado (foto derecha), quienes recuerdan las películas que vieron en el Teatre.

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Los treinta primeros ciudadanos que este domingo tuvieron la oportunidad de ser los primeros en contemplar el resultado de la reforma del Teatre Principal d’Inca esperaban puntuales a las diez de la mañana a que comenzara la visita guiada. A pesar de las mascarillas se podía adivinar el entusiasmo en muchos de ellos porque iban a redescubrir un teatro que cerró en 1997 y que llena de recuerdos cinematográficos y teatrales la memoria de los inquers.

El nuevo director del Teatre Principal d’Inca, Biel Amer, dio la bienvenida a los asistentes en el hall de entrada y la manacorina Maria Magdalena Sureda fue la encargada de dirigir la visita guiada. La consellera insular de Cultura i Patrimoni, Bel Busquets, así como el reciente ganador de las primarias de Més, Lluís Apesteguia, formaron parte de este primer grupo de visitantes. La primera parada se produjo en la entrada principal, donde se explicó el origen de la infraestructura cultural y la tarea que se ha llevado a cabo para conservar cerca de 500 elementos originales del antiguo edificio. El momento más esperado llegó cuando los ciudadanos accedieron a la sala principal, que ha logrado conservar su esencia y ha incorporado grandes mejoras de iluminación y acústicas. La visita prosiguió por los palcos y el anfiteatro, para finalizar en la sala pequeña.

Emoción

Las visitas guiadas se sucederán durante las próximas semanas y se han abierto nuevas sesiones al haberse agotado en pocas horas las entradas. Una de las primeras familias en conocer la reforma del teatro fue la formada por Montse Ramírez y Joan Lara, que junto a sus hijos Carlos y Núria, fueron de los primeros en conseguir las entradas. Se sintieron emocionados por «volver a ver un teatro que ha formado parte de nuestra infancia y juventud» y consideraron que la conjunción entre el edificio original y la ampliación «es muy acertada». Montse destacó la fachada que imita el calzado trenzado. María Arresa y Miguel Ángel Parrado alabaron «que se haya conservado la esencia del teatro» y recordaron haber visto Lo que el viento se llevó y Titanic, el último film proyectado.