Imagen de uno de los últimos plenos presenciales celebrado en verano del año pasado. | ARCHIVO

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La oposición forzó el miércoles al Ajuntament de Llucmajor a condenar el golpe de Estado de 1936. La moción fue presentada por el PSOE y fue    apoyada por todos los grupos de la oposición (Més, UP, Llibertat) y por el teniente de alcalde del PI Bernadí Vives. Así, la iniciativa sirvió para que el Ayuntamiento «rechazase y condenase el golpe de Estado y la dictadura franquista».

La moción contó con el votó contrario del alcalde y regidores del PP y sus socios de gobierno, Ciudadanos, ASI y los dos regidores que consiguieron representación en nombre de Vox y que ya no forman parte del partido.

Desde el PSOE, su portavoz, Gori Estarellas, señaló que presentaban la moción «para decir alto y claro que la inmensa mayoría de llucmajorers y Llucmajor nos posicionamos en contra del golpe de Estado y a favor de dignificar la memoria de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista». Estarellas también dijo que «es una absoluta vergüenza y un desprecio hacia las víctimas y insulto a la memoria democrática que el PP de Llucmajor haya votado en contra de la moción. Del resto de formaciones ya los esperábamos».

El debate de la moción se alargó más de media hora y fue el protagonista del pleno presencial celebrado en la noche del pasado miércoles.

La moción, además de solicitar la reafirmación en la condena y la repudia al golpe de Estado y la Dictadura, pide que a partir de ahora cada 18 de julio las banderas ondeen a media asta y que se celebre el 31 de octubre como Día de las Víctimas del Golpe de Estado, la Guerra Civil y la Dictadura y el 8 de mayo como Día de los Exiliados.