Joan Fiol y Bernat Fiol, de GADMA, en la entrada del Foro de Mallorca que ahora se ha convertido en un vertedero. | Juanjo Roig

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El entorno del Foro de Mallorca, en Binissalem, es uno de los ejemplos que el Grup d’Amics en Defensa del Medi Ambient (GADMA) pone de relieve para denunciar la proliferación de vertidos ilegales de basuras en la comarca del Raiguer y, por extensión, «en toda Mallorca», como explica el portavoz de la entidad, Bernat Fiol.

El antiguo esplendor de este edificio se ha convertido ahora en un refugio de okupas y en un lugar donde es muy fácil abandonar basuras de todo tipo. Aunque la infraestructura es privada, los accesos y las calles que recorren el Foro se consideran una zona privada de uso público, «por lo que desde el Ajuntament podrían instar a los propietarios a mantenerlo en condiciones adecuadas», explica Bernat Fiol.

Un breve recorrido por el exterior del Foro de Mallorca desvela numerosos vertidos de escombros, artículos supuestamente robados, vehículos abandonados y restos de botellones o cenas de comida rápida. El alcalde de Binissalem, Victor Martí, lamenta que «el Foro de Mallorca se encuentre en esta situación».

Actuaciones

Desde GADMA reclaman «un cambio de las pautas del Govern a la hora de actuar en los puntos negros de vertidos ilegales de basura, no solo del Raiguer, sino de toda Mallorca», explica Bernat Fiol. GADMA revela recientes delitos ecológicos en el camino de Lloseta a Binissalem, en la comuna de Biniamar, en el torrente de Solleric a su paso por Consell o el polígono de Santa Maria.

GADMA LLOSETA BINISSALEM
La brigada municipal recogió las ruedas abandonadas en el camino de Lloseta a Binissalem.

La entidad ecologista cree necesarias «una serie de medidas disuasorias para evitar que sea lo más fácil del mundo acercarse con el coche a uno de estos puntos negros y dejar ahí abandonada toda la basura sin que haya ningún tipo de consecuencia». De hecho, Bernat Fiol subraya que «quien comete estos delitos contra la naturaleza es gente ya experimentada. La mayoría de la población, y en especial los más jóvenes, ya tiene conciencia sobre la necesidad de reciclar y cuidar el entorno».

Proponen es la vigilancia a través de cámaras que «no preocuparían ni lo más mínimo a quien hace buen uso de los puntos verdes y de los lugares legales donde depositar residuos».

GADMA realiza campañas escolares en las que los alumnos van a un punto alrededor de su centro escolar a recoger residuos y «a reforzar la idea de que nos estamos jugando el futuro de Mallorca».