En el solar municipal en el que está prevista la construcción del centro de formación, se planteó hace una década construir el Museu de Pol·lèntia que ahora se proyecta levantar en sa Tanca de Can Domènech que comprará el Consell. En los últimos años se ha utilizado como aparcamiento público. | Elena Ballestero

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El proyecto de la nueva Escuela de Hostelería y Turismo que el Govern planea construir en Alcúdia para que sea el centro de formación de referencia de la zona norte de Mallorca acumula ya más de un año de retraso pese a que el Consell de Govern declaró en febrero de 2019 su Interés Autonómico. El equipamiento responde a una reivindicación histórica de la comunidad educativa y del sector turístico.

Actualmente en el IES Alcúdia se imparten algunos ciclos formativos de estas especialidades pero los profesionales y alumnos trabajan «en precario» ya que no tiene unas instalaciones propias adecuadas para realizar la formación práctica. Al retraso en el inicio de las obras se le suma un problema añadido y es que este curso acaba el convenio que tiene el Govern con el hotel Ciudad Blanca en el que los alumnos llevan años haciendo sus prácticas.

Convenio

La Conselleria d’Educació asegura que «ultima» la firma de un nuevo convenio con otro hotelero de la zona que «garantizará la formación práctica» a la espera de que la nueva escuela (cuyas obras dependen de la Conselleria de Model Econòmic, Turisme i Treball) sea una realidad.

La declaración de Interés Autonómico es la fórmula a la que recurrió el Govern la pasada legislatura para poder cumplir con los objetivos de construcción de equipamientos educativos y sociosanitarios eximiendo de determinados trámites urbanísticos para agilizar los plazos, pero en el caso de Alcúdia el Centro Integrado de Formación Profesional ha estado encallado durante dos años porque el solar de la calle Pol·lèntia está afectado por la zona de protección del yacimiento de la ciudad romana y por una zona verde municipal.

«Cedimos toda la finca hace más de un año, pero hay un tramo afectado por la zona arqueológica y otro por la zona verde y realizar un cambio en la normativa urbanística sería complicado. Ahora se ha hecho una segregación para eliminar ambas zonas y utilizar solamente la parte del solar estrictamente necesaria», explica la alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa. Por su parte, la Conselleria de Model Econòmic, Turisme i Treball, confirma la problemática pero a día de hoy no ofrece un nuevo calendario que permita prever cuándo abrirá el centro. El Govern habilitó en 2019 una partida de 150.000 euros para iniciar los trabajos de redacción.