Imagen de la localidad de Orient, en el término de Bunyola. | Redacción Part Forana

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El alcalde de Bunyola, Andreu Bujosa (EOB), no salió precisamente entusiasmado de la presentación de las nuevas líneas de autobús a Marratxí, Puigpunyent y Bunyola que la presidenta del Govern, Francina Armengol, ofició el pasado lunes en Palma.

Mientras Bujosa valora de forma positiva el aumento de frecuencias y que las nuevas líneas sean más sostenibles, toda vez los vehículos que las cubran se propulsarán ahora con gas natural en vez de con gasoil; el alcalde tilda de «negativa» la decisión del Govern de suprimir la línea que conectaba el pueblo de Bunyola con el llogaret de Orient (en el mismo término municipal), que hasta ahora funcionaba bajo demanda. «Hemos pedido a la Conselleria de Mobilitat i Habitatge que mantenga este servicio bajo demanda, aunque sea en casos muy puntuales», señala el alcalde.

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Pero la supresión de los trayectos Bunyola–Orient no es la única crítica de Bujosa a las nuevas líneas. «El cambio de concesión origina un problema para las ayudas que el ayuntamiento otorga en favor de los estudiantes de bachillerato», advierte el edil, puesto que estos jóvenes no tienen cubierto el desplazamiento de parte de la Conselleria d’Educació, «de tal manera que es el Ajuntament de Bunyola quien los bonifica», concluye.

La carga de las tarjetas, otro problema

Bunyola lleva tres años bonificando los desplazamientos de los bachilleres hasta sus institutos en Palma, puesto que la Conselleria d’Educació no lo hace. Hasta ahora, estas bonificaciones se realizaban mediante cargas en la tarjeta del bus, en una máquina instalada en Bunyola. Algo que ya no podrá hacerse, puesto que las nuevas tarjetas del TIB no son compatibles con este sistema.