Imágenes del mercado de Santa Maria este domingo. | Youtube Ultima Hora

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El mercado de Santa Maria experimentó este domingo un notable aumento, pasando de los 12 puestos de las últimas semanas, a medio centenar. Un cambio muy esperado y significativo para uno de los mercados más consolidados y multitudinarios de la Mallorca precovid.

Pese a que el viento empañaba el placentero paseo dominical, los santamariers salieron al reencuentro con sus placeros en la Plaça Nova. Gente de todas las edades, pero especialmente los mayores, se colgaron la senalleta del brazo, y la mascarilla de las orejas, para salir a ver el espectáculo que ofrecen los puestos de frutas y verduras cuando llegan al mercado los productos de otoño. Las ganas de socializar de un colectivo que ha pasado tantos meses prácticamente aislado de las amistades y los familiares, pudo más que el miedo, y se formaron inevitables corrillos para saludarse y comentar la novedad del mercado.

No llovió a gusto de todos, como era razonable esperar. Si las distancias entre clientes eran estrechas, entre un puesto y otro fueron enormes. Algunos vendedores se quejaban del «injustificado cambio de ubicación de sus paradas», pues sus clientes más fieles no les ubicaban. Otros puestos se quedaron aislados, algo que quien tenga experiencia en ferias y mercados sabrá que no es bueno para la caja. Y finalmente algunos se dolían de tener concentrados los puestos que son competencia entre sí. Nada que no se pueda mejorar en las próximas semanas y que no empaña la satisfacción del público por la calidad del género, de los bares por volver a llenar sus mesas y de los comerciantes del municipio, como corroboraba ayer su presidente, Pep Estarellas. «Estamos contentos, el mercado hacía mucha falta y es una oportunidad para reestructurarlo, que estaba algo degradado». Sintoniza con la idea municipal, «priorizar el producto local de agroalimentación y la artesanía», explica la concejal Candela Atienza.