Joan Monjo, nada más recibir la vara de mando como nuevo alcalde este jueves. | Lola Olmo

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No es un recién llegado a la política municipal ni tiene pelos en la lengua. Joan Monjo Estelrich asume la Alcaldía de Santa Margalida por segunda vez tras revalidar el pacto de gobierno con el PP que ya le llevó a ocupar el cargo entre 2016 y 2019.

¿La crisis de la COVID marca la diferencia entre este mandato y el anterior?

—No hay tanta diferencia, en 2016 cuando asumí la Alcaldía ya tenía experiencia en la gestión municipal, igual que ahora, solo que tenemos el problema añadido de las secuelas económicas de la crisis sanitaria. Los ayuntamientos solo disponemos del recurso del superávit y deberíamos poder invertir el dinero retenido por Montoro y ahora por Montero.

¿Cómo lo invertiría?

—Básicamente generando obra pública, poniendo en marcha obras y proyectos que den trabajo a la gente. No soy partidario de las subvenciones sin más, de ‘dar peces, sino de enseñar a pescar’. Si la gente tiene trabajo habrá recuperación.

En su investidura fue pesimista respecto al turismo. ¿Cómo cree que será este verano en Can Picafort?

—No será un buen año, la temporada empieza tarde y aún no está claro que lleguen turistas. Los hoteles abrirán el 1 de julio, pero si no hay reservas no sirve de nada.

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El propio Ajuntament no podrá contar con los ingresos de las playas. ¿Cómo afectará al presupuesto?

—De entrada recaudaremos tres millones de euros menos por la explotación de las playas. Aun rebajando el canon a un 25 por ciento (se adjudicó antes de la crisis por medio millón de euros) no sabemos si los empresarios lo verán rentable. Tampoco tendremos los mismos ingresos de los mercados, por eso reitero que espero que nos dejen gastar el dinero de las inversiones sostenibles.

Hablando de playas, ¿ha renunciado al polémico chiringuito de Son Serra de Marina o hará un nuevo intento?

—No, no habrá nuevo intento, pero es una incongruencia que los mismos de la Conselleria de Medi Ambient que no nos permiten instalar un chiringuito desmontable de madera en Son Serra, para que podamos adjudicarlo y el concesionario se encargue de limpiar la playa, son los mismo que nos quieren endosar un emisario submarino que, en caso de avería nos verterá aguas sucias sin depurar en el mar.

Usted dijo que no quiere que los margalidans paguen la limpieza de la playa que usa gente de toda la Isla, ¿quién lo asume?

—Lo que deben hacer todos estos palmesanos que vienen a Son Serra es llevarse de vuelta la basura que generen. En su defecto, contratamos empresas para limpiar un par de veces por temporada.

¿Cómo valora el pacto con Martí Torres y el PP?

—Muy bien, todos los concejales del PP y de Convergència nos llevamos bien. El pacto funciona con línea continuista con la pasada legislatura. Los ejes son generar obra pública e impulsar el turismo en base a la cultura, el patrimonio y el deporte.