En los municipios de Campos y ses Salines existen los dos puntos de la Isla en los que en la actualidad y desde hace siglos se extrae sal. | Antoni Riera

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Un equipo científico, liderado por el Centro de Astrobiología (CAB) de Madrid, ha descubierto cinco nuevos genes de resistencia a radiación ultravioleta y a percloratos (sales del ácido perclórico) procedentes de microorganismos expuestos a elevadas dosis de radiación. O lo que es lo mismo, han detectado organismos con vida en la sal de es Trenc.
Las salinas del Salobrar de Campos, es uno de los dos puntos del planeta con ambientes extremos estudiados. Según indican desde el CAB «este hallazgo ayudará a comprender mejor cómo la vida se adapta a ambientes extremos en nuestro planeta y si podría ocurrir en otros planetas o lunas heladas del sistema solar».

Los científicos, liderados por Eduardo González Pastor, investigador del Centro de Astrobiología, señalan que «estos ambientes se caracterizan por ser, aparentemente, lugares inhóspitos para la vida». Pero las investigaciones han demostrado que la vida se abre paso en lugares tan extremos como la superficie helada de la Antártida, el corazón hiperárido del desierto de Atacama, las aguas ácidas de Río Tinto (Huelva), o ahora en las lagunas hipersalinas y expuestas a altas dosis de radiación ultravioleta del altiplano andino de Argentina o el Salobrar de Campos.

El Centro de Astrobiología seleccionó para su estudio dos puntos distantes y a diferente altura. Así, tanto a más de 3.000 metros de altitud en Argentina, como en es Trenc al nivel del mar, en ambos espacios, se han hallado «microorganismos que resisten a altas dosis de radiación».

En el estudio publicado recientemente en la revista Frontiers in Microbiology, los investigadores detallan los cinco genes que confieren resistencia a radiación ultra violeta (UV) y también a perclorato. Además, «también presentan resistencia al compuesto nitroquinolina, que imita el efecto de la radiación en el ADN», comenta González Pastor, autor principal del estudio. «La resistencia a este compuesto indica que los genes identificados podrían estar implicados en la reparación o protección del daño en el ADN causado por la radiación UV y por el perclorato», añade.

El estudio abre la puerta a analizar la posibilidad de que pueda ocurrir lo mismo en otros planetas, como por ejemplo en Marte. «En exploración planetaria, este estudio podría servir para sentar las bases de la generación de plantas y microorganismos, necesarios para sistemas de soporte de la vida fuera de nuestro planeta, que fueran más resistentes a la radiación, uno de los principales problemas del espacio». «En este trabajo se identifican, por primera vez, genes relacionados con la resistencia a perclorato, por lo que, empleando estos genes, se podrían modificar plantas o favorecer su desarrollo en estos suelos» dice González Pastor.