El campo sigue su curso natural, las plantaciones crecen y hay que alimentar a los animales cada día. | Redacción Part Forana

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La pandemia del coronavirus ha paralizado buena parte de la actividad productiva de Baleares, aunque algunos sectores continúan al pie del cañón. Uno de ellos son los agricultores y ganaderos que mantienen activos sus huertos y granjas pese a la incertidumbre que les depara.

El cierre de toda la planta hotelera y de restauración de Baleares ha supuesto un grave revés para el sector. Algunas explotaciones agrarias confiaban vender sus productos o animales a hoteles y restaurantes durante los próximos meses. Ahora deben ‘colocar’ estos productos en otro tipo de mercados como puede ser el pequeño comercio, pero son conscientes que deberá haber una clara implicación de las grandes superficies si no quieren que las pérdidas sean millonarias.

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«Hay agricultores que tenían reservado casi el 60 % de sus producciones para el sector de la restauración, ahora ¿qué van a hacer con estos productos?», se cuestiona Joan Simonet, gerente de Asaja que reclama una apuesta decidida de las grandes superficies para reactivar el mercado.

Más contundente se muestra el secretario general de Unió de Pagesos, Sebastià Ordines, que recuerda que los payeses «no podemos hacer ERTE temporales; los cultivos están en marcha y los animales tienen que comer cada día, por lo que necesitamos soluciones a esta situación excepcional». Ordines reconoce que algunas industrias agroalimentarias podrán acogerse a las medidas lanzadas por el Gobierno central, pero los payeses deben continuar con su trabajo y abasteciendo de producto fresco a los ciudadanos.

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Es el caso de la finca des Bosc, en Petra, con una explotación de cerdos que no pueden dejar de atender, a pesar que las ventas de porcelles ha caído. «Las lechonas ahora no tienen comprador, pero nosotros debemos continuar alimentado a estos animales», aclara Simonet. El gerente de Asaja reconoce que éste es el «primer problema» con que se encuentra el sector, pero si la paralización de la actividad económica se prolonga mucho tiempo, le seguirán otros inconvenientes como la falta de abastecimiento de forrajes para la ganadería o la devaluación de los precios de sus productos.

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Temporeros

El confinamiento en la mayoría de países europeos y del resto del mundo conlleva también otro problema añadido para el campo mallorquín, que verá como esta campaña de verano se queda sin temporeros, normalmente procedentes de países de Amércia del Sur o Centroamérica. «Nos faltará mano de obra para recoger todo lo que tenemos sembrado, en especial las explotaciones dedicadas a la horticultura», explica Sebastià Ordines. El pasado fin de semana regresaron a Colombia los temporeros contratados por Unió de Pagesos.

«Debían irse la semana pasada, pero con las cancelaciones de vuelos fue imposible, conseguimos billetes para que marcharan domingo. El problema es que ahora no llegará nadie más», añade. Unió de Pagesos recuerdan que una vez se declaró el estado de alarma, el sector se puso a trabajar para garantizar que la fruta y verdura fresca no faltara en los mercados. «Por eso negociamos con Delegación de Gobierno que no se cerraran los mercados», añade Ordinas, quien recuerda que el siguiente paso ha sido poner a disposición de los ayuntamientos los tractores para ayudar a desinfectar las calles de pueblos y ciudades. «Ahora es el turno del Govern, porque desde la declaración del estado de alarma no hemos oído a la consellera de Agricultura para nada. El Consell sí que se ha puesto en contacto con nosotros, la Conselleria no», sentencia.

Producto de kilómetro cero y venta online

Además de la venta directa de los productos agrícolas en los mercados semanales que todavía están en marcha en los municipios, algunas cooperativas han activado el reparto a domicilio. La Cooperativa de Sant Bartomeu de Sóller ha impulsado el reparto a casas para evitar los desplazamientos de la población.

En otras cooperativas como Ecofeixes en Eivissa, las cestas que se reparten semanalmente han incrementado un 71 %, según la Cooperativas agroalimentarias de Balears. El objetivo es la apuesta por los productos locales y así contribuir al desarrollo del sector agrícola.