El 'camión fiestero' de Lloseta, en plena faena.

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La primera semana del confinamiento por el coronavirus ha agudizado el ingenio de algunos, buscando maneras de matar ese tiempo del fin de semana que siempre se nos hizo corto... y que ahora pasa tan despacio. Los vecinos de Lloseta no se quedan atrás, tan dados a la fiesta como son - a sus carnavales me remito - a llenar las terrazas de L’Altura y del Bar Bestard, entre otros, para compartir un vermut, un café y la xerradeta.

El Ajuntament de Lloseta se ha tomado esta cuarentena del siglo XXI con deportividad. Fue uno de los primeros en desinfectar las calles, ya el mismo lunes 16, y desde el primer día está capitalizando las iniciativas para animar a los vecinos a fumigar el aburrimiento y el desánimo de saber que «lo peor está por llegar», como nos avisa amenazador el presidente Sánchez en cada comparecencia. Un camión de la brigada municipal comenzó a recorrer las principales calles, con luces y altavoces lanzando a todo volumen el «Resistiré» y «Quédate en casa», los dos temas convertidos en himnos de esta resistencia domiciliaria y pacífica a la que nos vemos abocados. En las zonas más nuevas, Lloseta es uno de los municipios del Raiguer con más pisos, desde sus balcones la gente pudo disfrutar de este tardeo «sin derecho a roce» que nos ha impuesto el coronavirus. Pero también tiene callejones estrechos formados por plantas bajas y en pocos días sus moradores reclamaban su propia inyección de optimismo musical. Así que al camión de la brigada, al día siguiente se unía una ranchera para recorrer el casco antiguo.

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Y el resultado fue un éxito, el fin de semana las peticiones de una u otra canción, alentadas desde el perfil de Facebook oficial, se transformaron en la lista de Spotify «Llosetaacasa», confeccionada por el edil Francesc Abolafio. Los dos vehículos municipales la fueron «pinchando» por las calles y al ser abierta, todos los vecinos la pudieron escuchar en sus casas al unísono.

Todo un experimento sociocultural que nos muestra a la sociedad llosetina como el rico crisol que es. Resistiré y Sobreviviré de Mónica Naranjo encabezan una lista en la que no faltan Color Esperanza de Diego Torres o I will survive de Gloria Gaynor. Todas muy bailables, salvo por L’Estaca en una versión de Serrat, símbolo de otras batallas libradas en este país y vencidas. No vayamos a achicarnos ahora.