Incrementar el número de hectáreas para producir hortalizas, frutales y cítricos puede ser uno de los grandes retos. | Gemma Andreu

TW
0

La demanda de productos ecológicos ha experimentado un crecimiento constante en los últimos tiempos. Este incremento ha repercutido también en la superficie agrícola ecológica de Baleares que ha crecido un 9,7 % en un año, lo representa una extensión total de 35.846 hectáreas en 2018 respecto a las 32.347 cultivadas el año anterior. Pese a ello, el sector de Baleares reconoce que la demanda es superior a la producción que se realiza en el Archipiélago, por lo que son necesarias medidas para fomentar el crecimiento de la producción tanto agrícola como ganadera.

Precisamente, el sector ganadero es el que ha presentado un pequeño retroceso en este último año, donde han cerrado dos productores ganaderos. En el cómputo total, Baleares cuenta con 879 operadores de agricultura ecológica, 67 más que en el año anterior. Aquí se incluyen tanto productores como comercializadores.

Así de desprende de las estadísticas de este tipo de producción publicadas este miércoles por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y que constatan un crecimiento sostenido y la consolidación del sector en el conjunto del Estado.

Según los tipos de cultivos, las plantaciones ecológicas en verde para alimentación animal, así como las de cereales para la producción de grano son las que registran una mayor volumen con más de tres mil hectáreas cada una. Por contra, la producción de tubérculos ecológicos solo supone una superficie de 4,1 hectáreas. Por otra parte, la producción de frutales en ecológico cuenta con una superficie cultivada de 116 hectáreas y la de frutos secos (principalmente almendra y algarrobo) son de 3.479 hectáreas. Los llamados cultivos permanentes (frutales, frutos secos, cítricos, viñedos y olivares) incrementaron el año pasado su superficie cultivada en ecológico en un 7,4 %. Las cifras agrícolas muestran este incremento porcentual, aunque hay que tener en cuenta que el número de hectáreas cultivadas todavía son muy pequeñas en comparación a los niveles totales de agricultura convencional.

Dos de los sectores agrícolas en Baleares punteros son la producción de vino y el aceite de oliva que, en cultivo ecológico, cuentan con extensiones de 736 y 848 hectáreas respectivamente.

Por otra parte, según datos del Ministerio, Baleares cuenta con 299 explotaciones ganaderas donde incluye bovinos, porcinos, ovino, caprino, aves de corral, apicultura y helicicultura. Comparado con las cifras de 2017, ha habido un incremento de un 5,2 % en un año. Las explotaciones de ovino para venta de carne son las más numerosas (140) seguidas de las explotaciones de bovino (47) también para carne. Por lo que respecta a las actividades industriales como la elaboración de aceites, piensos, conservación de frutas y hortalizas, producción de bebidas y bodegas, o productos alimenticios de origen vegetal, también han experimentado un auge del 9 %.

El número de operadores por actividad de agricultura ecológica, donde se incluyen tanto productores agrarios como comercializadores, se sitúa en Baleares en 879, un 8 % más que los datos de 2017 del Ministerio.

Plan estratégico

El director general de Agricultura, Biel Torrens, asegura que desde su departamento trabajan para que se realice un diagnóstico preciso del sector, donde se señalen cuales son los límites de crecimiento y también se haga «un plan estratégico para impular la agricultura ecológica». Reducir los elevados costes que supone la insularidad, simplicar la tramitación administrativa y fomentar que este tipo de productos lleguen al mercado son, según explica Torrens, tres ejes básicos para impulsar el sector agrícola en general y en particular el ecológico. Torrens, buen conocedor de la situación ganadera en ecológico, asegura que «este tipo de ganadería sufre las mismas problemáticas que la ganadería en general y de todo el sector» por lo que son precisos planes de acción estratégicos. De las estadísticas del Ministerio de Agricultura se desprende que el crecimiento del número de empresas transformadoras y comercializadoras no es proporcional al crecimiento de los productores, por lo que hay que conocer el por qué.