La jornada en Algaida se caracterizó por un ambiente tranquilo que invitaba a dar una vuelta para ver las muchas mercancías que los feriantes llevaron al pueblo. | Curro Viera

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Algaida, como cada mes de octubre, está de fira. Un año más las calles del pueblo fueron el escenario de una feria sencilla, pero muy completa. Muchos se animaron este sábado a acercarse a este pueblo y compartir con sus vecinos las ofertas, todas con un distintivo carácter familiar.

El espacio dedicado a la fira tradicional dio cabida a toda clase de productos de este tipo, mientras que una selección de paradetes exhibió otros igualmente artesanales, pero con un toque más alternativo.

Como siempre, los más pequeños se vieron atraídos por los animales, desde cabras hasta caballos, que protagonizaban su propio apartado dentro del recorrido.

Muy visitada fue también la muestra de vehículos antiguos que organizó la Associació Amics dels vehicles clàssics i antics d’Algaida, Pina i Randa.

Más allá de esta oferta de puestos estuvieron los diversos talleres organizados. Destacaron el de personalización de gorras a cargo del Casal de Joves y el que giraba en torno al variat como aperitivo esencial de las mañanas festivas, a cargo de la Associació Cultura Gastronòmica.