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La Dirección General de Emergencias e Interior ha defendido este miércoles que su informe sobre el riesgo que suponían los restos de posidonia retirados esta semana en la playa de sa Ràpita fue elaborado con criterios estrictamente técnicos y no políticos.

Tras la polémica por la retirada con maquinaria de hojas de esta planta marina protegida el pasado lunes de las playas de Campos, la Conselleria de Administraciones Públicas y Modernización ha asegurado que no considera que la presencia de restos de posidonia en las playas sea incompatible con la seguridad.

Ha defendido en un comunicado que la Dirección General de Emergencias e Interior inspecciona las playas y zonas de baño para garantizar que cumplen las medidas de seguridad necesarias y que la posidonia es «un bien de enorme valor» para Baleares y que el compromiso del Govern es protegerla.

Precisa que las playas baleares, por su frecuente utilización para actividades lúdicas y deportivas, exigen «medidas complementarias de seguridad y protección que suponen una ampliación de las ya contenidas en la normativa existente» y que las 369 playas -208 en Mallorca, 75 en Menorca, 86 en Ibiza y Formentera-, cuentan con una normativa de seguridad «pionera que pretende minimizar el potencial riesgo» por fenómenos meteorológicos asociados al mar, al sol y a la afluencia de público.

En el marco de la tarea de prevención que marca el Decreto 2/2005 regulador de las medidas de seguridad y protección de playas y zonas de baño de Baleares, la Dirección general de Emergencias y Interior ha realizado 79 inspecciones y visitas técnicas, como la de las playas de Campos.

Emergencias recalca que según ese decreto, se deben “efectuar las gestiones oportunas para que el organismo competente en cada materia mantenga la zona destinada al baño totalmente despejada de animales y objetos que puedan presentar peligro para los usuarios».

En relación con el informe técnico, del que el grupo ecologista GOB dijo el martes que era «un traje a medida» para facilitar la retirada de posidonia en las playas de Sa Ràpita y Ses Covetes de Campos, Emergencias señala que su personal técnico constató en la playa de sa Ràpita algunos factores de riesgo.

Esos factores «debían ser tenidos en consideración para minimizar los riesgos y dar así cumplimiento a las medidas de seguridad obligatorias en zonas de baño que marca la norma». Emergencias defiende que sus conclusiones responden «a criterios estrictamente técnicos de prevención de riesgos que de ningún modo pueden ni deben ser revisados con criterios políticos».

En la inspección se observó una acumulación de restos de posidonia «en una zona muy determinada de la playa que en aquel momento se consideró que podría obstaculizar el paso de los servicios de rescate en caso de ser necesaria una actuación urgente», añade.

También se constataron otras deficiencias como el mal estado de las instalaciones de seguridad, la incorrecta señalización y balizamiento y la ausencia de elementos necesarios para garantizar la seguridad como megáfono y moto de agua operativa.

Defienden que en este asunto, la coordinación entre la Dirección General de Emergencias e Interior y los responsables de Medio Ambiente «ha sido total desde el principio».

Tras el informe sobre sa Ràpita, la Conselleria de Medio Ambiente confirmó que tan pronto el consistorio solicitara el permiso correspondiente para actuar sobre los restos de posidonia, se les brindaría ese permiso, supervisión y apoyo necesario para garantizar que se solucionaba la deficiencia de accesibilidad sin dañar la playa.

«Se recomendó al Ayuntamiento de Campos actuar sobre la zona concreta en la que la acumulación de restos de posidonia podía suponer un riesgo, sin determinar si debían ser o no eliminados, reubicados o hallar otra solución. Esa decisión corresponde en última instancia a la administración municipal que debe actuar siguiendo los criterios de la Conselleria de Medio Ambiente», afirman.