Se aprobará una nueva normativa municipal que creará la figura de ‘illa de vianants’ reservando todo el espacio del interior de las murallas para peatones. | ARCHIVO

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El Govern destinará 500.000 euros de los fondos del Consorcio Bolsa de Alojamientos Turísticos a blindar el Paseo Marítimo y el casco antiguo de Alcúdia contra los atropellos terroristas. El Ajuntament d’Alcúdia añadirá 150.000 euros más para hacer realidad un proyecto, pionero en Mallorca, que da respuesta a las advertencias de las fuerzas de seguridad que recomiendan la adopción de medidas preventivas en las zonas turísticas teniendo en cuenta que España está en el nivel 4 de alerta.

Alcúdia reservará prácticamente toda la ciudad antigua para el uso exclusivo de viandantes. Instalará cámaras y lectores de matrículas en los accesos y solo permitirá la entrada y salida de residentes con garaje, vehículos de emergencias y aquellos de carga y descarga en un horario muy restringido.

En las zonas más transitadas del Port (calles Barques, Hosteleria, Torreta, Teodor Canet y Mariners) el proyecto contempla la instalación de pilones retráctiles manuales. Aún es pronto para saber cuándo el nuevo sistema estará operativo al cien por cien, pero la idea, explica el regidor de Obras Propias, Joan Gaspar Vallori, es que el proyecto pueda ejecutarse en el otoño-invierno de 2020-2021. Antes será complicado ya que se requieren informes de otras administraciones, como Patrimoni del Consell, para actuar en algunas zonas.

«Ante los últimos atentados islamistas realizados mediante atropellos y el informe del Ministerio de Interior que alertaba del riesgo de atentados mediante el sistema de atropello masivo, en lugares de especial concurrencia para el público, surge la necesidad de adoptar medidas para la reducción de riesgos, evitar materializaciones y minimizar los daños de estos posibles atentados», dice la memoria justificativa del proyecto.

El Ajuntament d’Alcúdia redactará una ordenanza municipal que regulará el nuevo modelo creando lo que denomina ‘Illa de Vianants’ un espacio en el interior de las murallas de la ciudad que ordenará el espacio público y su uso, y sustituirá los aparcamientos por zonas ajardinadas pero garantizando a la vez el acceso de proveedores y servicios públicos previa autorización y en horarios controlados. Quiere así cumplir un doble objetivo, por una parte, mejorar la seguridad de sus residentes y turistas frente a posibles ataques terroristas, y por otra, «preservar el patrimonio del núcleo antiguo, su entorno y la convivencia urbana», de acuerdo a la declaración como conjunto histórico.

Como no podía ser de otra forma, en un municipio que ha hecho de la supresión de barreras un sello de distintivo turístico, el proyecto garantizará el acceso de las personas con movilidad reducida creando aparcamientos para minusválidos en la zona restringida.