Algunas piezas de la colección de historia natural de Lluc. | Redacción

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Una veintena de animales disecados que forman parte de una colección creada hace décadas por dos misioneros de Lluc ha sido cedida por el santuario al Consell Social de la Universitat (UIB) para que se hagan cargo de su restauración y custodia. El destino de estos animales es formar parte del fondo de un futuro museo de ciencias que está impulsando la universidad balear, con el apoyo de la Societat d’Història Natural de les Balears.

El santuario ha firmado una cesión con el Museu de la Ciència i de la Tècnica, un proyecto impulsado por el Consell Social de la UIB para que se hagan cargo de esta colección particular que, hasta el domingo, ocupaba unas vitrinas dentro de un aula de la Escolania de Lluc. Este no podía cumplir con su función de laboratorio para los estudiantes, debido al espacio ocupado por la colección de animales, entre los que se cuentan desde perdices hasta cigüeñas, entre otras aves, bustos de toro y de ciervo e incluso dos voltors (buitre endémico de Mallorca), un mono y el esqueleto de la cabeza de una ballena de la especie cap d’olla.

Aunque no guarda relación con la anunciada marcha de los misioneros que gestionan el santuario, el traslado de la colección ha disgustado a sus autores, que durante décadas la fueron reuniendo estas piezas para su estudio.

El objetivo del Consell Social de la UIB es hacer accesibles al público estas piezas, al igual que otras colecciones privadas que han ido reuniendo por toda la Isla a través de donación o cesión. «A la espera de que dispongamos de un museo de ciencias público donde exponerlas y hacerlas accesibles, las tenemos en depósito y haremos un inventario; también hemos tramitado los permisos necesarios, entre ellas hay algunas especies protegidas, como los voltors», explica Guillem Pons, profesor de la UIB.