La campaña de naranjas para este año ha sido buena. La naranja navelate ha tenido una maduración muy buena en las fincas de la Vall de Sóller. | A.V.

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Nueva preocupación en el sector agrícola, en este caso para los productores de cítricos. Pese que a este año hay una buena producción de naranjas y limones, todo apunta que no será un buena campaña económica para los agricultores.

El motivo es la bajada del precio que ha experimentado la venta de naranjas después de la decisión europea de reducir los aranceles a Sudáfrica. A ello, hay que añadir la falta de comercialización del producto a gran escala en Mallorca, en especial en algunas grandes superficies, ya que sale más rentable importar naranjas de Valencia o incluso de Sudáfrica a precios más bajos que no comprar la producción local.

«Es una reacción en cadena, cuando se introduce naranja de Sudáfrica, con precios mucho más bajos, provoca que el valor de los cítricos de Valencia bajen y, en consecuencia, bajan los precios para las naranjas locales», explica el gerente de Asaja, Joan Simonet.

Uno de los mayores productores de naranjas en Mallorca es Francisco Català, de Son Frau de Dalt, con unas 80 quarterades de naranjos y limoneros distribuidos en fincas de Marratxí, Sencelles e Inca. Asegura que el año pasado ya tuvo que exportar naranjas a la Península por la falta de comercialización. «Este año, por 0,30 o 0,25 céntimos la vendo a quien me la compre toda», exclama Català descontento con la venta a gran escala. Reconoce que en la actualidad, salvo en la Vall de Sóller, quedan pocos productores locales de cítricos. «Cuando no tenemos competencia significa que no es un negocio rentable», lamenta.

Cabe señalar que en la última década el cultivo de cítricos se ha reducido en unas 800 hectáreas, una cifra más que considerable si se tiene en cuenta que la producción no es elevada. Según datos de la Conselleria de Medi Ambient i Agricultura de 2017 en Mallorca hay cultivadas 1.354 hectáreas de naranjos.

La situación en la Cooperativa de Sant Bartomeu de Sóller no es tan alarmante, pero su presidente, Miquel Gual, reconoce que es normal que los productores estén preocupados. Asegura que este año le han quedado sin vender 10 toneladas de naranjas clementinas «que hemos conseguido utilizar en mermelada», explica. Gual añade que la bajada de precios es real, así como la importación de naranjas de fuera para consumir aquí.

«Nosotros hemos optado por vender las naranjas fuera de los grandes mercados, ya que tenemos un producto diferenciado y lo vendemos entre 20 y 35 céntimos más caro que en Mercapalma, por lo que la solución es buscar otros mercados alternativos», explica. Las campañas que han realizado para replantar naranjos y su marca propia ha provocado un aumento de producción. «Es el trabajo de años, porque sino estaríamos muertos», reconoce.