El depósito de agua de Biniamar fue construido entre 2008 y 2012 en un área natural de especial interés. | Elena Ballestero

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El Ajuntament de Selva construyó entre 2008 y 2012 en suelo de máxima protección (ANEI) un depósito de agua municipal en Biniamar sin haber tramitado la preceptiva declaración de interés general que le exigía la Comissió Balear de Medi Ambient.

La obra, que costó 480.000 euros se financió con fondos públicos del Consell a través del Pla d’Obres i Serveis. El alcalde de Selva, Toni Frontera (Arrelam), acusó el miércoles en pleno al exalcalde Joan Rotger (PP) de haber presentado un certificado en el Consell de Mallorca que decía que el proyecto de construcción del depósito de agua «se ajustaba al planeamiento urbanístico municipal vigente» para obtener así los fondos necesarios para pagar la obra aunque esta actuación nunca fue legal.

El equipo de gobierno actual (Arrelam, PI-Independents, Esquerres x el Poble) tiene intención ahora de tramitar la preceptiva declaración de interés general ante el Consell, única vía posible para legalizar la instalación que nunca llegó a funcionar por las deficiencias de construcción que arrastraba.

El equipo de gobierno ha sacado estos hechos a la luz en respuesta a las reiteradas quejas del PP (en la oposición) por la falta de inversiones en Biniamar y especialmente por el retraso en la entrada en funcionamiento de la instalación de agua.

El exalcalde de Selva Joan Rotger, ahora líder de la oposición, defiende que la obra era y es de «vital importancia» para el pueblo y aunque no cumplió la prescripción que exigía la Comissió de Medi Ambient de tramitar un interés general para ejecutar el proyecto asegura que «el proyecto se aprobó en pleno, en el Consell (la subvención del POS) y recibió el visto bueno de la Comissió Balear de Medi Ambient».