Miles de personas llegadas desde todos los puntos de Mallorca han seguido este domingo la procesión de la Beata en Santa Margalida. | P. Pellicer

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Se la conoce como la procesión más típica de Mallorca y como tal pocas son las novedades que admite en sus ediciones anuales el acto más solemne de las fiestas de la Beata en Santa Margalida.

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El objetivo es ser fiel a la tradición y evitar en la medida de lo posible interferencias que resten autenticidad a la solemne procesión de la Vila. La fórmula funciona. La procesión atrajo este domingo a miles de personas ofreciendo una jornada de contrastes frente a las llamadas neofiestas del verano. Hay público para todos los gustos y algunos incluso se atreven a hacer doblete. Canamunters de día... payeses de noche.

Declarada de Interés Turístico en 1984 la procesión de la Beata sigue siendo uno de los actos más concurridos del verano en Mallorca. La gran protagonista sin duda fue en esta edición la joven Rosa Maria Mas, en el papel de la Beata, elegida por sorteo el pasado mes de julio siguiendo un escrupuloso protocolo que otorga más posibilidades a aquellas jóvenes que han participado más veces (interpretando distintos papeles) en la procesión más típica.
Manda la tradición que la Beata permanece imperturbable resguardando su virtud frente a los intentos infructuosos del demonio por corromperla. La virtud está representada por las gerres que los dimonis roban a los payeses durante el recorrido y van rompiendo a los pies de la beata. Ella, con la cruz en alto, los ahuyenta.