A pesar del mal tiempo y el viento, las calles del municipio se llenaron de vecinos y visitantes que recorrieron la feria. | Redacción

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Si por una cosa destaca la feria de Santa Maria es por ser una de las más concurridas que se celebran en la Part Forana. Quizá su coincidencia con la celebración del tradicional mercado semanal sean un reclamo para empresas y visitantes que no se quieren perder la cita.

Justamente, la gran demanda de empresas y expositores que quieren estar presentes en la cita anual ha provocado que el Ajuntament haya apostado por una reorganización del recinto ferial que «nos ha permitido dar cabida a todos y conseguir tener más amplitud a la vista», según la regidora de Fires en Santa Maria, Victòria Pons.

El mal tiempo provocó que se redujera un poco la afluencia de público y que los que sí se atrevieron a salir a la calle lo hicieran con prendas de abrigo. Un vecino bromeaba ayer diciendo que «el viento es el nuevo atractivo de la feria de este año». El cielo estaba nublado y a media mañana caían unas gotas, nada que ver con el chubasco que cayó a primera hora.

La feria de Santa Maria se celebra el último domingo de abril desde hace más de 150 años y siempre ha sido una cita referente en el Raiguer por su oferta agrícola y ganadera. Debido a la gran importancia de esta feria, el Ajuntament de Santa Maria ha organizado más de 100 actividades deportivas y culturales que se han repartido durante tres semanas, aunque el momento álgido, evidentemente, se vivió durante todo el día de ayer.

A media mañana las zonas de aparcamiento habilitadas ya estaban casi llenas y los trenes llegaban a rebosar. «A las 8.15 de la mañana, cuando la feria aún se montaba, ya había visitantes», indicó la edil de Fires del municipio, Victòria Pons.