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Entre estupefactos e indignados se muestran los aficionados al voleibol que tradicionalmente se reúnen desde hace años en la playa de Palmanova para practicar este deporte, después de que el Ajuntament de Calvià, a través de la Policía Local, les comunicara que deben restringir sus prácticas deportivas a una zona de arena de apenas 30 metros cuadrados. Un espacio insuficiente para dar cabida a los dos campos de juego que cada tarde montan y desmontan.

Según Pau Bou, portavoz oficioso de los aficionados al vóley que se congregan durante casi todo el año en Palmanova, los problemas empezaron cuando, hace unos días, la empresa adjudicataria del servicio de sombrillas y hamacas de Palmanova les conminó a abandonar el lugar (situado entre el chiringuito de la playa y el McDonalds) donde habitualmente montaban los «palos caseros» para sostener dos redes.De esta manera, los jóvenes se trasladaron hacia un rincón de la playa, bajo el talud de la pinada. Sin embargo, al cabo de unos días, se personó hasta allí una pareja de la Policía Local para comunicarles que la playa de Palmanova sólo tiene reservados 30 metros cuadrados para actividades lúdico–deportivas ejercitadas por particulares.

Momento de la visita de la policía.

Los afectados dicen no entender la reacción del Ajuntament y menos la de Demarcación de Costas, que les insta a pedir permisos y a establecer horarios, pese a que quienes se juntan por las tardes a jugar a vóley playa no son una organización y, como particulares, pueden hacer uso libre del espacio. «Nosotros sólo queremos seguir jugando», aseguran. Desde el Consistorio reconocen que para seguir dando apoyo a la práctica deportiva en las playas «debe hacerlo en las mejores condiciones, distribuyendo los espacios de manera que pueda convivir la actividad turística y el ocio de los residentes».