Fachada del ajuntament de Bunyola.

TW
1

Las candidaturas que se presentan a las elecciones del próximo 24 de mayo son exactamente las mismas que concurrieron a los comicios de hace cuatro años. Las únicas diferencias del mapa preelectoral se dan en los dos partidos que conforman el actual pacto de gobierno, PP y AVI.

A diferencia de las fuerzas de la oposición, los ‘populares’ y palmanyolins presentan nuevos cabezas de lista, después de que el todavía alcalde, Jaume Isern (PP), y su socio Idelfonso Blázquez (AVI) decidieran dar un paso atrás y franquear la entrada a Juan Antonio Estarellas (actual regidor de Medio Ambiente y Turismo) y a Arnau Llinás, respectivamente.

Si hace cuatro años, en plena caída del PSOE y efervescencia del PP, la formación conservadora se quedó a las puertas de la mayoría absoluta, la actual atmósfera política no invita a pensar a que vaya conseguirla ahora. De esta manera, los pactos volverán a ser determinantes y fuerzas como AVI, con gran implantación en la entidad local menor de Palmanyola, pueden ser otra vez determinantes a la hora de conformar gobiernos estables.

Noticias relacionadas

No obstante, también deberá observarse en que medida puede el PSOE recuperar terreno perdido y, si lo hace, es a costa de Esquerra Oberta. Una variable que raramente erosionaría la suma de los votos de PP y AVI.

Otra cosa sería que los socialistas pudieran arañar apoyos que hace cuatro años se apuntaron Isern y Blázquez, aunque, a tenor de las tendencias de voto, no parece que vaya a ser esta la dinámica.

En cuanto a Esquerra Oberta, está por ver que rédito electoral podrá sacar de la dura oposición llevada a cabo contra las políticas del PP, sobre todo contra las relativas a cuestiones educativas. Las tensas manifestaciones, con denuncias policiales incluidas, contra José Ramón Bauzá en 2012 todavía siguen muy presentes en la localidad. Pero no sólo entre el electorado más progresista. Los votantes del PP tampoco han olvidado todavía.
Sea como fuere, a Esquerra Oberta le queda consolidar su preeminencia entre los electores de izquierdas, después de que en los últimos comicios arrebataran al PSOE esta posición.