Imágenes tomadas por los padres de las goteras en el CEIP Miquel Duran i Saurina.

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Las goteras regresaron otra vez al colegio público Miquel Duran i Saurina de Inca. Desde el invierno siguiente a la inauguración, en otoño de 2008, este problema surge cada vez que llueve con algo de fuerza.

«Es lo mismo de siempre: un colador. Hay goteras por todos lados, es un desastre», lamentaba este lunes el director de la escuela, Pere Mulet, que hace solo un par de semanas recogía el Premi d'Honor Dijous Bo en señal de reconocimiento al éxito de su labor educativa.

Goteras y filtraciones de agua en varias aulas, en el hall, en el comedor... Su origen está en el mismo diseño del centro y en las juntas que sostienen el complejo arquitectónico, incapaces de evitar las filtraciones.

Educació hizo una intervención puntual hace dos años para tratar de resolver parcialmente el problema, pero ha resultado insuficiente.

Según cálculos del Govern, el coste de la reforma que se necesita ronda el medio millón de euros.

Pese al agua, las clases no se suspendieron. «Hemos tratado de atender a los chavales lo mejor posible», indicó el director, Pere Mulet. «Nosotros ya no podemos hacer nada más sin ayuda de la Conselleria. Son ellos los que deben ponerle remedio», añadió.