magen de archivo de una de las últimas ediciones del Birracruzis celebradas en Inca. | Redacción Brisas

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El Ajuntament de Pollença ha insistido a los promotores del Birracruzis, cuya celebración está prevista el sábado 30 de agosto en Can Escarrintxo, «que controlen y vigilen el acceso de menores y que no haya desmadres». Así lo aseguró ayer el alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre Ochogavía (PP), quien informó de que «el Ajuntament no organiza el evento, solo cede las instalaciones».

Cifre Ochogavía reconoció que, vista la polémica que ha suscitado el evento, que cuenta con una fuerte oposición de las asociaciones de protección de menores y familias, «veremos cómo va y pesaremos muy bien si se hace el año próximo y cómo se hace».

El Birracruzis es una iniciativa de un grupo de jóvenes inquers que veranea habitualmente en Alcúdia. Lo que comenzó como una peregrinación entre amigos para tomar cerveza de bar en bar en su zona de vacaciones, derivó en un auténtico acontecimiento social que se trasladó inicialmente a Inca y que por primera vez este año se celebrará en Pollença.

Párroco

En Inca, la edición 2013 que se celebró en el marco de las fiestas de Sant Abdon y Sant Senén, estuvo marcada por la polémica y es que, a las críticas del «fomento del consumo de alcohol entre los jóvenes», se les sumaron las críticas del sacerdote Santiago Cortés que reprochaba al Ajuntament que incluyera en el programa de fiestas la denominación Birracruzis al considerarla una «falta de respeto hacia los católicos».

El rector de Pollença, Joan Artur Boardman, no ha realizado ninguna queja formal. «Personalmente no entiendo esta manera de divertirse emborrachándose, pero lo cierto es que es un evento privado y no creo que la elección del nombre sea una burla a propósito sino que lo han elegido, como podrían haber elegido cualquier otro, para llamar la atención».