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El pueblo de Muro se vistió ayer con sus mejores galas para celebrar la tradicional feria de Sant Francesc que llena sus calles de gente y artesanía. Poco después de las diez de la mañana, las autoridades iniciaron su recorrido por el recinto ferial que empezaba a llenarse de curiosos y vecinos que no dudan en invadir las calles y disfrutar del día de fiesta.

Como ya es tradición, el lugar más concurrido fue, un año más, el Claustre del Convent que acogió la XXVII Muestra de Artesanía que hace las delicias de los visitantes. Numerosos artesanos confeccionaron sus creaciones en directo mientras que en el patio del Claustre se reprodujeron los trabajos antiguos del campo recreados en una possessió. La exposición «Muro pam a pam» que informa sobre la cultura, las tradiciones, los oficios o los lugares más emblemáticos del pueblo también tuvo una gran acogida entre los vecinos y visitantes que recorrieron la feria. Esta muestra fue confeccionada por todos los alumnos de los colegios de infantil y primaria del municipio.

Fuera del Claustre el ambiente de feria se respiraba a cada paso. Alrededor de 300 puestos ofrecían flores, productos locales o exposiciones de animales, algunos de ellos exóticos, en la avenida de Santa Catalina Tomàs.