La regidora Francisca Sureda y el alcalde Sebastià Sagreras mantienen su alianza. | Teresa Ayuga

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Francisca Sureda, en su cargo, así como al resto de regidores de esta formación encabezada por Guillem Ginard.

De este modo, Sagreras desoye las advertencias de su socio de gobierno de expulsar a Sureda si no dimite o pide perdón por su desplante y valida lo decidido en la junta local del PP del pasado miércoles, es decir, que Ginard «arregle el tema ya que es una cuestión interna de su partido».

El primer edil insiste en que «nuestro objetivo es mantener el pacto que se firmó entre los diez regidores de ambas formaciones», haciendo una llamada a la calma y al diálogo. A la vez, aseguró que no considera a Sureda una tránsfuga «como tampoco se dijo de Ginard y los suyos cuando abandonaron el partido Unió Mallorquina y se mantuvieron en sus cargos del Ajuntament».

Por su parte, Francisca Sureda confirmó que ha recibido una notificación de +Acció en la que se le exige que «pida perdón o que dimita». En la misiva se le da de plazo hasta el lunes para que anuncie su decisión definitiva.

Respuesta

Sureda explicó que «el próximo lunes contestaré a la carta». «La decisión está tomada y ya dije que no me veo en +Acció, su proyecto no me atrae», manifestó.

La regidora, que dice querer «mirar al futuro», mantiene su intención de continuar y no retractarse de su actuación.

A partir de aquí, el partido +Acció que lidera Guillem Ginard tendrá que tomar una nueva decisión al respecto, ya que ni el alcalde Sagreras piensa destituir a Sureda, ni ésta se plantea la dimisión ni la disculpa. La polémica está servida.