El entorno de Magic se convirtió en el epicentro de la gfiesta de fin de curso. | Pere Bota

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Cuatro casos leves de intoxicación etílica, atender a un estudiante que padeció un ataque epiléptico y la localización de una menor que debía estar en Can Picafort pero que sin embargo se encontraba en Alcúdia. Estas fueron las intervenciones más destacables que hicieron los agentes de policía que, la madrugada del viernes al sábado, velaron para la seguridad y el normal funcionamiento de la cena y posterior fiesta de fin de curso con que 7.000 estudiantes de secundaria de las comarcas del Pla, el Raiguer y el norte de Mallorca abrieron sus vacaciones.

Esta cena de fin de curso en el Port d’Alcúdia se hace, como mínimo, desde finales de los noventa. Pero hace tres años que la Policía Local de este municipio monta un dispositivo especial de carácter preventivo en el que también colaboran, a parte de la Guardia Civil, los policías-tutores de los demás pueblos cuyos estudiantes festejan en el Port el comienzo del verano. Un total de 34 agentes se pasaron la noche en la calle vigilando.

El dispositivo se puso en marcha a las diez de la noche y finalizó a las seis de la madrugada. Según el balance ofrecido por el Consistorio alcudienc, no se registraron incidentes relevantes y los jóvenes «se portaron de manera muy correcta». Hay que destacar, asimismo, un uso mayor de envases de plástico (en lugar de vidrio), lo que facilitó las trabajos de limpieza.

Respeto a los controles de alcoholemia realizados, únicamente tres conductores dieron positivo.