Las autoridades, entre las que no había ningún representante del PP, durante su recorrido por la feria. | Maria Nadal

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Miquel Cifre (Suma) se despidió como alcalde de los vecinos del pueblo de Santa Margalida durante la celebración de la tradicional feria que cada año tiene lugar el Domingo de Ramos. Está previsto que durante el Pleno de esta noche, Cifre renuncie a la Alcaldía para mañana ceder la vara de mando a Antoni Reus (número dos de Suma) y renunciar a su acta de regidor para cerrar una etapa en la primera linea de la política que ha durado 22 años.

Durante su último día como alcalde, Cifre aprovechó para denunciar el mal funcionamiento del sistema económico actual. «Este año el recinto ferial es más grande que otros años», dijo Miquel Cifre que explicó que «esta situación se debe a que muchas personas han solicitado un puesto a nivel particular para poder vender sus pertenencias u objetos de segunda mano y sacar algún dinero debido a la gran crisis que padece el país».

El hasta hoy alcalde de Santa Margalida realizó estas declaraciones justo antes de iniciar el recorrido de autoridades por la feria. Como era de esperar, el equipo de gobierno de la Vila (Suma y CxI) sólo estuvo acompañado por representantes socialistas como Francina Armengol y Cosme Bonet. Ningún miembro del PP, ni tan siquiera los regidores en el Ajuntament, se unieron a la comitiva de autoridades.

Cabe recordar que Cifre remitió una carta al president del Govern, José Ramón Bauzá, mediante la que le informó que no estaba invitado a la feria.

A pesar de los conflictos políticos, los vecinos de la Vila y visitantes de otros municipios de la comarca recorrieron las calles de la localidad y contemplaron la muestra de maestros artesanos ubicada en la plaza.