El inhibidor afecta a las inmediaciones de la comisaría. | Juan Mestre

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Varios vecinos de la Rambla del Rei En Jaume y de la zona del barrio de Fartàritx colindante con la comisaría de la Policía Nacional han denunciado que, desde hace días, no pueden cerrar sus vehículos mediante el mando a distancia.

La razón es la instalación de un inhibidor de frecuencias que es habitual en los cuarteles de la Guardia Civil y en las comisarías del Cuerpo Nacional de Policía, basándose en cuestiones de seguridad, y que por desconocimiento ha provocado dichas quejas.

De hecho, los vecinos que se han puesto en contacto con este periódico lamentan que «tenemos que aparcar nuestros coches lejos de donde vivimos por culpa de esta problemática».

Lo que en un principio se trata de un cuestión muy habitual en las capitales, en la ciudad de Manacor ha creado cierta confusión dada la novedad de esta medida de seguridad.

Así, el inhibidor de frecuencias es un dispositivo que dificulta las comunicaciones por radiofrecuencia entre otros dispositivos que están a su alcance tales como teléfonos móviles, WiFi o las llaves electrónicas de los vehículos.

Regulación

La regulación de este aparato, desde el punto de vista legal, está restringido a determinados ámbitos y organismos como en este caso las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

De este modo, se han dado casos en otros puntos donde la presencia de un inhibidor de frecuencias produce problemas en las llaves electrónicas de los vehículos.

Una circunstancia a la que se tendrán que adaptar, sin duda, los vecinos que decidan aparcar sus coches en las inmediaciones de la comisaría.