El alcalde atiende a los ciudadanos en cualquier punto del pueblo y a la hora que sea. | J.S.

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«La tarea de un alcalde de un pueblo siempre he dicho que es inversamente proporcional a la población del municipio. Esta conclusión está basada en la sencilla razón de que los municipios pequeños tienen menos recursos tanto materiales como humanos para hacer frente al día a día del Ajuntament. Al mismo tiempo debemos pensar que las responsabilidades son las mismas para un pueblo de 1.000 o de 6.000 habitantes». Así se expresa, Joan Ribot (Convergència), alcalde de Ariany al hablar de la futura aplicación del proyecto de ley presentado estos días por el ministro Montoro y que elimina los sueldos a aquellos alcaldes de municipios de menos de mil habitantes.

Señala que al tener menos vecinos los alcaldes «están mucho más cerca de los ciudadanos y es habitual que cualquier vecino del pueblo te pueda trasladar sus inquietudes o problemas en cualquier momento del día o en cualquier lugar del pueblo. Probablemente nadie va a llamar a la puerta del alcalde de Palma cuando este ya no está en Cort».

Un día

Las tareas diarias que puede hacer un alcalde de un pueblo como Ariany son «muy variadas y poco monótonas». Pueden cambiar totalmente de un día para el otro, dependiendo de la realidad y necesidades del día.

Por norma habitual lo primero que suele hacer Ribot a primera hora de la mañana, es coordinar y organizar las tareas de los trabajadores municipales y ponerse al día de la correspondencia, correo ordinario, electrónico y fax.
Las siguientes tareas pueden ser muy variadas como por ejemplo: la atención diaria y continuada a los ciudadanos. «Creo -señala Ribot- que es la más importante y la razón de ser alcalde. A la vez se intenta dar una solución a las problemáticas de los vecinos y hacer un seguimiento de incidencias surgidas».

Otras veces hay que hacer todo tipo de tareas representativas del Ajuntament, «donde se puedan ver afectados los intereses municipales, incluso actos protocolarios, independientemente del día y del horario». El control continuo de los gastos de mantenimiento y posibles nuevas inversiones; optimizar y rentabilizar al máximo los recursos propios; velar por el buen funcionamiento de todos los servicios; coordinar las diferentes áreas, sectores y posibles actividades «con la ayuda imprescindible de los regidores». Estás reuniones del equipo de gobierno van muy ligadas a los horarios de trabajo de los compañeros de gobierno, por lo que alarga la jornada de trabajo hasta la noche.

A todo ello luego hay que añadir la organización de las fiestas, que la falta de medios (Policía y brigada) implica que el equipo de gobierno sea el primero en tener que trabajar en la organización.

Si se aplica la Ley Montoro, Ribot señala que «sin dedicación exclusiva el gobierno deja miles de ciudadanos en una total indefensión y a la deriva».