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La Audiencia Provincial de Palma ha confirmado la condena a Miguel Arbona Servera, responsable de una finca de Llucmajor por la muerte de tres aves protegidas. Un juzgado de Palma había impuesto una multa de 3.000 euros por delitos contra la fauna en el envenenamiento de tres milanos y un aguilucho lagunero (arpella) en un coto de caza conocido como Lluçamet.

Los hechos ocurrieron en octubre de 2009. El acusado colocó dos tórtolas rellenas de un veneno en las cercanías de la caseta de cazadores de la finca Lluçamet. El veneno provocó su efecto y murieron las rapaces. La defensa del hombre argumentó ante la Audiencia que no había pruebas suficientes y que la primera condena se basaba en indicios. El acusado sostenía que alguien había dejado allí las aves muertas para perjudicarle.

La Audiencia señala que los informes del Govern sobre la muerte de los animales asegura que se produjo en la misma finca donde fueron encontrados. Además recuerda que los indicios en los que se basó la sentencia eran suficientes para condenar. La sentencia recuerda que el milano es una especie catalogada como en peligro de extinción en Balears y el aguilucho lagunero tiene protección como especie de interés general y que, por lo tanto los hechos constituyen un delito contra la fauna.

Junto a la pena de multa, el acusado tendrá que indemnizar en 12.000 euros al Govern por los daños producidos en las aves.