Magdalena Gelabert, con los dos primeros volúmenes que vio publicados Alcover. La Institución conserva los ejemplares más antiguos. | Assumpta Bassa

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Una obra de dos vidas, la de Antoni M. Alcover y Francesc de Borja Moll. Fue definida como una ‘obra de titans’, aparentemente imposible de conseguir y con una enorme dificultad. Pero lograron sacar adelante una «empresa de amor y entusiasmo, fruto de una devoción a la lengua vernácula» y este año se cumple el cincuenta aniversario de la publicación del último volumen del Diccionari Català-Valencià-Balear d’Alcover-Moll.

Se trata de un lexicón único en Europa que recoge tanto las palabras de la lengua oral como escrita, tanto literararia como coloquial, de todas las épocas y de todos los puntos del dominio lingüístico catalán.

La Institución Pública Antoni M. Alcover de Manacor es la sede de todo lo relacionado con el filólogo ‘manacorí’ y en su biblioteca se guardan los dos primeros ejemplares que vio publicados, las primeras encuadernaciones o la última colección de 10 tomos.

La gerente de la Institución, Magdalena Gelabert, destacaba la importancia de este legado. «Es una obra de referencia para cualquier persona interesada en la cultura de las Islas. Toda la cultura de nuestro pueblo está en este diccionario».

Mossèn Alcover en el año 1900 hizo la ‘Lletra de Convit’ invitando a colaborar en la recopilación de vocabulario. Posteriormente publicó el ‘Bolletí del Diccionari de la Llengua Catalana’. En 1906 tenía más de 1.500 colaboradores, que le aportaban las cédulas y que se ordenaban en las conocidas ‘calaixeres’. Hay 2 millones de cédulas. El primer fascículo apareció a finales de 1926 y se acabó de publicar en 1962. Moll completó el trabajo.