Un momento del pleno de ayer. | M.N.

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Aunque el pasado día 11 de enero todos los regidores del Ajuntament de sa Pobla firmaron el documento de alegaciones contra la modificación de la Llei de Funció Pública que promueve el Govern balear, los regidores del equipo de gobierno (PP) votaron ayer en contra de la moción en defensa del catalán porque el texto «no tiene validez jurídica», según palabras del alcalde, Biel Serra (PP).

Durante su intervención, que cerró el pleno del Consistorio, el alcalde aseguró que «lo que busca la moción presentada por la oposición es intentar instrumentalizar la lengua como patrimonio de algunos partidos. Las alegaciones ya se han presentado en el plazo de exposición pública y la moción de hoy -por ayer- es papel mojado». Serra acabó diciendo que «no se vota en contra de la moción, sino en contra de la manera de hacer de la oposición que sólo busca el oportunismo».

Crispación

Aunque el PP no hizo pública su postura hasta el final del pleno, los ánimos de los regidores de la oposición ya se caldearon después del primer turno de palabras al ver que Serra no hacía uso del mismo. De hecho, el alcalde concedió los tres turnos de palabra a los partidos de la oposición sin antes haber hecho pública su intención de voto.

«El alcalde se ríe de nosotros. No podemos volver a intervenir sin saber lo que piensa», sentenció el socialista, Lluís Socias, visiblemente molesto. Por su parte, Joan Comes (IxSP) puntualizó que «la primera intervención ha sido moderada a la espera de la versión del PP, pero no es ético y demuestra una falta de respeto hacia la oposición que el alcalde no conteste antes de conceder el segundo turno de palabra».

El portavoz de la Lliga, Joan Josep Capó, lamentó que «el PP quiera crear enfrentamiento», mientras que Margalida Vidal (PSM) tildó la firma de las alegaciones como «una pantomima» y acusó al PP de «tener miedo de perder la silla».