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84 alumnos de entre 3 y 5 años del colegio público Duran Estrany de Llubí pasan el recreo compartiendo un único patio de apenas 100 metros cuadrados al que se suma en precario el aula de 3 años (abriendo las puertas correderas y despejando las mesas) en un intento por acercarse a los 2 metros cuadrados de espacio por alumno que establece la normativa.

A los problemas de falta de espacio se les suma el incremento de la ratio en 3 y 4 años con 27 y 28 alumnos por aula respectivamente lo que imposibilita en la práctica cumplir con el programa educativo que establece la realización de los llamados racons , pequeños espacios de juegos, manualidades o informática dentro del aula en los que teóricamente se distribuye a los alumnos por grupos. «¿Pero cómo se pueden compartimentar los espacios si para extender la alfombra de juegos es necesario desmotar mesas y sillas?», dicen los profesores.

Las clases de infantil en el CP Duran Estrany requieren hoy por hoy hacer encaje de bolillos. La dirección del centro y la Asociación de Padres y Madres de Alumnos tienen previsto reunirse a finales de mes con los representantes de planificación y centros de la Conselleria d'Educació con la esperanza de que el Govern refuerce al menos la plantilla de la escuela con un profesor de apoyo en el ciclo de infantil.

Hasta ahora los intentos de desdoblar el aula de 3 años e instalar un aula prefabricada a la espera de que se construya un nuevo centro han sido infructuosos dada la nueva política de recortes presupuestarios que ha puesto en marcha la Conselleria d'Educació con motivo de la crisis económica.

«Se trata de una escuela única y estamos obligados a aceptar a todo el alumnado que llega siempre que esté empadronado en Llubí», explica el director del colegio, Antonio Gil.