Los participantes se sumieron ayer en una gran batalla en la Plaça Nova después de ir a buscar las balas de paja hasta la finca de Es Cos. | M.N. / M. Fuster

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El pueblo de Sencelles vivió ayer su particular batalla campal en la quinta edición de la fiesta Embala't, donde la única munición que se utiliza es la paja y el agua y el único objetivo de los asistentes es pasárselo bien.

Más de 800 personas participaron de la fiesta que, a pesar de ser uno de los eventos más nuevos, ya es uno de los actos más consolidados y más multitudinarios de las fiestas de la Mare de Déu d'Agost que celebra la localidad durante estos días.

A las doce del mediodía se iniciaron los actos, que organiza la comisión Embala't, con el pregón a cargo de los Garbejadors Majors, Felip Serra y Felip Alorda. Después de una vuelta en mobylette, los asistentes degustaron fideos de roter en la Plaça Nova, que según los vecinos «fueron deliciosos».

Fue después de la comida cuando empezó el momento más ansiado. Poco después de las cinco de la tarde, la comitiva junto a la colla de xeremiers y un carro, fue en busca de las dos balas de paja hasta la finca de Es Cos que después sirvieron de munición para la gran batalla.

La primera en llegar a la Plaça Nova fue la bala empujada por las mujeres, justo después llegó la de los hombres y se dio el pistoletazo de salida a la batalla. En cuestión de segundos, las dos grandes balas quedaron reducidas a nada y el suelo de la plaza quedó invadido de paja que volaba entre los más atrevidos que también usaban el agua para combatir el calor de ayer.