Tanto turistas como profesionales, las carreteras de la Part Forana reciben cada año a más visitantes que deciden conocer la Isla en bicicleta. | Julián Aguirre

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El negocio del cicloturismo es una mina de oro. Un paraíso de la innovación que puede ser la alternativa al turismo de sol y playa que hace décadas que el sector terciario busca sin un modelo definido. Una opción clara para dejar atrás la crisis. Así califican los profesionales un negocio que crece cada año un 2 por ciento y que da a la Part Forana el protagonismo que merece.

El alquiler de bicicletas tanto de paseo como de carretera es un modelo de negocio en expansión. Nacho Cutillas es el propietario de un sitio web de contenidos de cicloturismo. Agrupa información sobre las rutas en bici, hoteles, sector terciario complementario, publicidad y lugares de interés cultural y paisajístico de toda la isla. «Los cicloturistas valoran poder disponer de toda la información necesaria para planificar su viaje», explica.

Perfil

Se trata de un perfil de turista de nivel adquisitivo medio-alto, que está menos de 10 días y que se gasta, según la Cambra de Comerç de Mallorca, 77 euros al día. Aunque el punto fuerte del cicloturismo es de febrero a junio, Rafael Pina, director comercial de una empresa de alquiler de bicicletas, también destaca que en otoño también se puede potenciar. Si hace 25 años Max Hürzeler fue el primer propietario, hoy tiene once establecimientos distribuidos en Mallorca. De los 100.000 turistas en bici que vienen al año, su empresa recibe un 25 por ciento.

Thomas y Pia son dos turistas británicos que vienen a Mallorca tres veces al año. Creen que faltan más rutas en el sur, y que sobre todo deberían habilitar carriles bici en la costa. En cambio, les gusta mucho «la Serra de Tramuntana, y está bien señalizado».

Señalización

Según los especialistas, debe haber promoción específica para mostrar Mallorca como destino para hacer bici todo en los países que conocen la isla por el turismo tradicional.