La venta de productos artesanos se concentra en la Plaça Major de Campanet. | Elena Ballestero

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Artesanía, oficios antiguos, baile, animales... son los ingredientes comunes a cualquier feria que se precie. La de Campanet, pese a sus pequeñas dimensiones, agrupa todos estos intereses para ofrecer a vecinos y visitantes un pequeño abanico de propuestas con las que aprender, experimentar y por qué no, comprar en tiempos de crisis.

Campanet cerró ayer su tradicional feria de mayo, en plena campaña electoral, sin que se notaran, sin embargo, en exceso las singulares circunstancias políticas. La presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, fue la máxima autoridad en la feria y acompañó al resto de autoridades autonómicas y locales, en su tradicional paseo oficial.

Muestras

Como viene siendo tradicional en los últimos años, al mercado artesanal de la Plaça Major y a la muestra ganadera de la Plaça de Son Bordoi, se les sumó una muestra especializada en el patio de Cas Metge Dolç, en esta ocasión en torno al aceite de oliva, un productor de la comarca con denominación de origen.

Si en el año 2010 la sobrassada fue el ingrediente estrella, hay que decir que este año la presencia del aceite de oliva ha sido casi simbólica.

Libros, juguetes y miniaturas convivieron con los productos más tradicionales para delicia de los niños que completaron su paseo dominical en la zona dedicada a las bestias. Durante toda la mañana, se podía asistir a la muestra de doma y terapia con caballos para niños discapacitados organizada por la Associació de Cavallistes de Campanet.

La Fira se completó con un variado abanico de exposiciones y ya en la tarde con la actuación del Circ Alegría y la representación de la obra Calabruixades.