Una de las bromas más recurrentes es llenar la entrada del Ajuntament de paja y animales de granja. | J.M.S.

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Punto y final a la impunidad. Las tradicionales inocentadas que despiertan a Montuïri cada 28 de diciembre y que suelen concentrarse en el Ajuntament, en la Avinguda del Dau y en las vías de entrada del municipio añadirán a partir de este año un nuevo componente para los quintos.

De hecho, los desperfectos ocasionados en el término por las inocentadas de los jóvenes tendrán a partir de este año castigo económico. El Consistorio aprobó por unanimidad en el último pleno establecer «la cuantía por la vigilancia o intervención policial y actuaciones de la brigada municipal siempre que haya negligencia o voluntariedad en el hecho causante. Una imposición del coste a las personas incívicas que causan daños a los bienes públicos de manera negligente o voluntaria».

El alcalde de la localidad, Jaume Bauçà (PP), explicó que «se trata de una propuesta para regular los usos incívicos en los que se fija el precio por actuaciones, por ejemplo, un operario de la brigada de obras que tenga que arreglar fechorías cuesta 40 euros las dos primeras horas». Además, Bauçà añadió que «los quintos deberán pagar el daño que hagan dentro del pueblo a partir de esta ordenanza» así como «también otras personas que provoquen desperfectos de manera intencionada y se tenga constancia de ello».

Gastos

Asimismo, el alcalde aseveró que «según el informe de la Policía Local las bromas de los quintos del pasado diciembre han supuesto 2.563 euros a las arcas municipales».

Por este motivo, los jóvenes recibieron una carta del Consistorio en que se les informaba del coste de sus actuaciones asumidas todavía por el Ajuntament. «Os queremos comunicar nuestro malestar como consecuencia de las actividades realizadas por los quintos. Deseamos que este evento quede como un hecho aislado y no vuelva a suceder en un futuro», según expresaba la misiva.

Los vecinos de la comarca del Pla esperan cada 28 de diciembre las inocentadas de los jóvenes, que no siempre agradan a todo el mundo por igual debido a las bromas que eligen o repiten.