Los vecinos del Port tomaron el puente para oponerse a la orden del juez de cerrarlo. | M. Poquet

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El Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) ha obligado al Ajuntament de Manacor a cerrar el puente del Riuet al tráfico tanto de vehículos como de peatones. Una medida que ha fue recibida con gran indignación por parte del Consistorio y sobre todo por parte de los vecinos que cuando conocieron la noticia acudieron a manifestarse en el puente poco antes de la medianoche, hora en la que estaba previsto el cierre por parte de la policía local. Fue una manifestación improvisada. El boca a boca funcionó y los vecinos, unos desde una torrada de la tercera edad, otros que se encontraban tomando café o cenando en algunos restaurantes de la zona, se acercaron hasta el puente para mostrar su más firma oposición a la decisión del juez. Se concentraron unas 300 personas que a gritos de «no nos moverán» o «que el juez de la cara» querían impedir el cierre del mismo.

Eran las 11 de la noche y la decisión judicial se acataba. La policía local cerraba el paso instalando barreras a ambos lados del puente. Los vecinos no se conformaron y decidieron el lunes por la tarde volverse a concentrar para mostrar una vez más su rechazo. En la concentración estaban el delegado de Porto Cristo, Joan Gomila, y el regidor de urbanismo, Bernat Amer.

Por la mañana Gomila había convocado a los medios de comunicación para dar a conocer la provindencia del juez que ordenaba el cierre. «Es una medida arbitraria y totalmente innecesaria que causará muchos perjuicios. Acatamos la resolución por imperativo legal, pero no estamos de acuerdo. Hemos mantenido una reunión con la junta de distrito de Porto Cristo y todos sus miembros están en contra». Tras esta resolución judicial, el Ajuntament se ha visto obligado a adoptar de manera urgente una serie de medidas. El tránsito rodado que ahora circulaba por el puente se desviará por la carretera Coves, cerrada al tráfico hasta ayer, que tendrá una única dirección. Se instalarán semáforos en esta carretera y en calle de Sant Lluis, junto antes del puente, para ir alternando la dirección de los vehículos.

En la Providencia se hace referencia a la pasividad «del ayuntamiento» y a los «incumplimientos disimulados».