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El Calvari ya vuelve a lucir como antaño. Por este motivo, más de medio centenar de vecinos subieron ayer hasta la emblemática zona para conocer de primera mano el resultado de las obras que se han realizado.

El camino y las escaleras que suben al oratorio se convirtieron en protagonistas después de casi un año de obras en que una docena de alumnos de una escuela taller ha trabajado para recuperar el esplendor de antes y rehabilitar tanto el camino como las catorce estaciones del Vía Crucis.

Explicación

Durante la visita guiada, el fotógrafo felanitxer Biel Bennàssar explicó el proceso de restauración de los rostros de las estaciones que ahora se han recuperado con técnicas de tinta cerámica.

Por su parte, el alcalde, Biel Tauler, comentó que «gracias al trabajo de los alumnos del taller de ocupación durante este año se ha recuperado esta zona que estaba muy degradada». Además, Tauler manifestó que «el Calvari tiene unas vistas privilegiadas desde las que se puede contemplar todo el pueblo y el sur de la Isla y, ahora, todos los vecinos podrán disfrutarlo en buenas condiciones».