Un zapatero fabricando calzado de manera tradicional. | Antoni Pol

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Lloseta ha revivido hoy su tradición industrial celebrando la Fira de la Sabata, que con la de este año llega a su décimo primera edición.

A las diez y media, las autoridades han iniciado un dilatado recorrido por las exposiciones. Estaban el alcalde de Lloseta, Bernat Coll, el delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socias, y el presidente del PP balear, José Ramón Bauzà, y otros alcaldes de la comarca.

Como cada año, el espacio más visitado han sido las carpas donde se alojan las empresas de calzado locales, en la plaza, y que ofrecen sus productos a un precio rebajado. El resto de exposiciones se han instalado en los jardines del Palau dels Comtes d'Ayamans y en las calles más céntricas.

A diferencia de lo que sucede en otros municipios, la feria del zapato abre el sábado y no cierra hasta el domingo. «Disponer de dos días de feria permite dar cabida a toda la gente que quiere participar en ella y los visitantes se reparten, por lo que no se producen aglomeraciones», explican desde el Ajuntament.