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El nuevo tanatorio del cementerio municipal de Son Sang no ha superado la inspección realizada por la Conselleria de Salut, ya que se han encontrado algunas deficiencias que deberán ser subsanadas antes de que el servicio se pueda poner a disposición del público.

El concejal de Bienes y Servicios, Antoni Femenías, asegura que las deficiencias detectadas «no son graves, pero han impedido que Sanidad haya dado el visto bueno definitivo al edificio».

Parece que los problemas aparecen concentrados en la sala de prácticas mortuorias donde las irregularidades del suelo y otros detalles incumplirían la normativa vigente.

Según Femenías, «ahora los técnicos municipales y los de la constructora habrán de ponerse de acuerdo sobre la forma de solucionar esta problemática». El concejal recordó que, de todas maneras, «el servicio no se puede poner en marcha porque el horno crematorio todavía no podrá funcionar hasta que no se complete el proyecto de dotación eléctrica incluido en el 'Plan E' del gobierno central, y porque todavía no sabemos cómo gestionar económicamente el servicio, puesto que hará falta personal».

A este hecho debemos sumar los informes que aseguran que el servicio de incineración no será rentable, ya que en la comunidad solleric se producen unas 120 defunciones al año, de las que sólo una minoría opta por el sistema de la incineración.