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MARTA MEDRANO La comisión de Cultural del Ajuntament d'Inca aprobó ayer por unanimidad hermanarse con el municipio catalán de Bordils, situado en Girona y de dónde llegaron en el siglo XIV los fundadores de possessió de Son Bordils, la más importante de la capital del Raiguer.

El Bloc aprovechó esta iniciativa para pedir al Ajuntament d'Inca que actúe y obligue a la propiedad de esta possessió, la Fundació Alzina, en manos privadas, a mantener este elemento que forma parte del catálogo de bienes inmuebles de Inca. «Esta finca alberga una de las mejores bodegas del Raiguer y hemos pedido al Ajuntament muchas veces que intervenga. Ahora lo denunciaremos a la comisión insular de Urbanismo del Consell a que envíe técnicos y presione para evitar el deterioro de esta possessió», explicaron el diputado del Bloc, Antoni Alorda y el concejal Andreu Caballero.

Desde el Bloc aprovecharon para recordar la historia de esta possessió que, en 1980, tras la defunción de la propietaria Antònia Alzina, pasó a ser administrada por la Fundació Alzina, presidida actualmente por Baltasar Soler. La propietaria quería que esta finca se destinara a crear una residencia municipal de ancianos y hace años parte de la finca se vendió a Agro-Coll, que creó las actuales bodegas de Son Bordils. El dinero que se obtuvo de la compraventa se destinó a la ampliación de la residencia Miquel Mir y las casas de la possessió quedaron abandonadas. «Son Bordils es un elemento catalogado y el Ajuntament puede obligar a la propiedad a que la mantenga e incluso intervenir y pasarle la factura», recordó Alorda.

El Plan Territorial prevé además la ubicación en este enclave de un hipódromo.